Dicen qué hay flores sin retoño,
que una vez que se han secado,
todo queda consumado...
Más no es así, porque siempre queda
en la retina del alma el brillo de sus
colores y en el olfato del corazón,
el aroma de sus amores.
Porque aún sus pétalos marchitos,
siguen guardando su esencia;
Porqué aunque a pesar de que luego
del otoño viene el frío invierno,
las escarchar de hielo, le dan a beber
a la primavera.
Dicen que el amor es para siempre
y contradictoriamente también,
de que los para siempre no existen
y en la disputa de esa dicotomía,
el amor es como flor que siempre
florece, aunque parezca una flor marchita.
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