“Has visto a una mujer caminando en el otoño de la vida”
Sabes amigo, que no me gusta madrugar, en verdad prefiero despertar cuando los primeros rayos de sol acarician tu piel. Pero a veces salgo a caminar muy de mañana, principalmente en el otoño, que te muestra todo su esplendor y no puedes más que dar gracias al Creador.
Pero amigo, has visto a una mujer caminar en el otoño de su vida, has visto con que dignidad se desplaza y la elegancia de su caminar. Es que ella no camina para atraer miradas, sino más bien para contemplar la vida... Sabes qué hay en sus ojos el brillo de los retoños de la primavera, hay en su piel la caricia del viento y su pelo es ese anhelo de volar libremente.
Me gusta ver a una mujer en pleno otoño, en el otoño de su vida, porque tiene un aroma diferente, no es el el aroma de su perfume, sino de ese vino añejado, que ha tomado de su pasado la esencia y los mejores ingredientes para darle ese aroma y ese sabor que solo puedes experimentarlo si tienes la dicha de besarla.
Me gusta, ver que ya no recurre tanto al maquillaje y que su mejor ropaje es su elegancia, me gusta verla al natural, con su lipstick, porque que es una rosa sin el brillo de sus tiernos pétalos.
Me gusta ver a una mujer, caminar en pleno otoño, en el otoño de su vida, que a veces me dan ganas de caminar a su lado e invitarla a un café, con cualquier pretexto, aún que a mi repertorio le falte texto.
Oxwell L’bu copyrights 2021
#Mujereotoñal
