“Una carta sin remitente”
Pensaras que estoy demente, al escribirte esta carta sin remitente, pero no es así; pero es si tú pudieras comprender, quizás esta carta sería innecesaria.
Y es que la verdad, no encuentro palabras para expresar, lo que te quiero decir, pero sin pensarlo dos veces, dejaré que el corazón dicte las palabras.
Sabes que por mucho tiempo, espere de ti una reacción, algo que alimentará la esperanza, que hizara las velas de mis añoranzas y pudiera a navegar esta barca en la que no he dejado de soñar. Pero no te tenido una respuesta, será que desde el principio ya había perdido la apuesta y en mi necedad no quise verlo. Será que quise ver lo que quería ver, sin darme cuenta de que nunca estuve en tus sueños de mujer.
Pero entonces me preguntó, porque me sonríes, porque me miras de esa forma en que me estremeces y me tocas el alma, porque me acercas tu boca sino quieres besarme, porque despiertas mis deseos sino quieres amarme.
No esperare a que un día te arrepientas, no me auto engañaré, pensando que conservas un lugar para mi en tu corazón. Porque te he visto feliz y no a sido a mi lado, te he visto sonreír y no ha sido tu sonrisa para mi, sino para ese amor de conveniencia que no es más que la antítesis del amor.
Pero si en lo que expreso estoy equivocado, has la carta a un lado, quémala y muéstrame que estoy equivocado, pues mira que la vida
es solo un momento, no alargues ese tormento, aclara las dudas de tu corazón y dale una oportunidad a tus verdaderos sentimientos.
Tu enamorado de siempre
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