Mira que no logró entender a mi propio corazón, mi cabeza dice, que el no tiene la razón y entonces esté comienza a mandarle telegramas con el diástole y el sístole y me deja aturdido y con tu imagen en cada latido. No consigo ordenar mis pensamientos y de mis sentimientos he perdido plenamente el control, así que si lo que te digo no tiene sentido, no me pidas una explicación, pídesela a mi corazón.
Es que tú llegaste como la tentación, pero no esa que te lleva a la perdición, sino esa que te tienta a vivir, a no conformarse con solo existir, gastándose los días solo porque si.
Porque tus detalles le ponen magia a cada instante y si ciertamente eres una tentación que despierta mi libido y has encantado a mi alma.
Tu sazón en la mesa y en la cama, es como una amalgama, donde se funde ese deseo por seducirme y el amor que me profesas...Porque con tus ojos confiesas tus sentimientos más profundos, esos que llevas en lo profundo del corazón y te hacen vulnerable y a la vez muestran tu fortaleza.
Es que mujer, hay en ti tanta belleza, que eres el manjar en mi mesa y el vino exquisito en mi cama, porque cuando en verdad se ama, el lugar sale sobrando y cualquier ocasión es oportuna para seguir amando.
Dime, cómo podré pagarte, todo eso que has traído a mi vida, cómo encontrar la forma apropiada para expresarte, la forma en que has irrumpido en mi existencia...Si en mis versos has llenado esos espacios en blanco con tus suspiros, le has dado armonía a mi melodía y la has transformado en una sublime canción que vibra en mi corazón.
Si a mi soledad la has trocado en tu aliada, para que te evoque y eso provoque este anhelo cuando tú no estás; pues tú eres el sueño que quiero soñar y del que quisiera no despertar.
Mujer no quieras a mis sentimientos ordenar, mira que ahora solo vivo, para poderte amar.
Oxwell L’bu copyrights 2020
