martes, 10 de noviembre de 2020

Será que el amor...


 . Será que el amor...

Será que el amor, no es más que una noche de embriaguez, que deleita el alma, extasía el ser y embriaga al corazón, pero luego viene la resaca y entonces el alma se queda con una sed eterna, el ser siente el frío de la ausencia y a el corazón solo le queda la estocada del recuerdo.

Será que el amor, es como una flor que en primavera exhibe su belleza y expele su exquisito aroma, pero al llegar el otoño, no es más que una flor con los pétalos marchitos, los cuales arranca el viento y los confunde con la hojas secas.

Será que el amor, solo es eterno y bello en los versos del poeta y sublime en las notas de una canción, pero en la realidad es tan efímero, que apenas dura un momento... Pero en verdad ese momento vale una eternidad.

Será que el amor cuando termina deja una herida, que nunca cicatriza y siempre está en carne viva, que cuando uno cree que a llegado el olvido, le basta un comentario o un leve recuerdo, para que arda como llama perennemente.

Será que el amor, es una utopía, que mueve la vida y uno es como un niño que saltando cree, que alcanzará tocar a la luna, sin saber que ella es como una Virgen, que no se deja tocar.
Oxwell L’bu copyrights 2020
#elamor

Su forma de decir te quiero...


. Su forma de decir: Te quiero...

Acurrucaba su cuerpo, junto al mío, podía sentir sus pies fríos y con insistencia, me pedía que la abrazara, hasta que se quedaba dormida...

En la alborada, sentía su cuerpo caliente y eso me daba una especie de alivio y alegría, de saber que había soñado junto a mi; respiraba su aroma en mis manos y lo dulce de sus besos en los labios y finalmente me vencía el sueño, me dormía feliz sabiendo que había sido su dueño. Pero no en el sentido de sentirla mi propiedad, sino más bien con ese sentimiento de pertenencia.

Al amanecer, se levantaba sigilosa como una gata, caminaba semi desnuda de puntitas, para no despertarme, pero ya me había despertado, por el solo hecho de no sentir su cuerpo. Entonces a obscuras se iba a la cocina y me preparaba un café, yo la miraba fingiendo estar dormido, me sentía excitado, me sentía enamorado, mis manos parecían tener alas, que querían volar a donde estaba ella.

Luego llegaba, con dos tazas de café, con las que cubría sus senos, con ese caminado pausado, que provocaba en mi el deseo de poseerla nuevamente. En la penumbra de la habitación, contemplaba su silueta, su sensualidad y sus formas, yo era el zapato de su horma.

El aroma del café se mezclaba con el de su perfume y ya no sabía que tomar, si un sorbo de café o la miel de sus besos. Es que esa era su forma de decirme te quiero, esa era su forma de declararme su amor, sin ningún pudor, como el aroma del café.
Oxwell L’bu copyrights 2020
#cafe