Ámame...

Ámame en el silencio de mis dudas,

en el torbellino de mis confusiones;

ámame con mis aciertos y errores,

con mis descuidos y temores,

porque la vida es así...

Yo no te doy promesas,

porque la vida te da sorpresas,

que te cambian la vida,

como ha sido el conocerte.

Si la vieras con los ojos...

Si pudieras verla con mis ojos

y no solo el reflejo del espejo,

verías más allá de lo que cualquiera

puede ver, descubrirías que es un 

ángel revestido de mujer.

Si pudieras verla con mis ojos,

comprendería el porqué de mis sonrojos,

cuando la estoy contemplando

y ella me sorprende.

Si pudieras verte como yo te veo,

comprenderías mi fascinación,

por ese mujer.

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Se ha enamorado...

Ella tiene una ilusión,

que como estrella brilla 

en su corazón y se le nota

en la mirada...

Sus bellos ojos habladores,

superan a sus temores

y mandan de vacaciones

a sus pudores.

Es que se ha enamorado,

como nunca imaginó,

como se enamora un adolescente,

pues en los sentimientos 

manda el corazón, no la mente.

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Me hiciste mendigar tu amor...

Me hiciste mendigar tu amor,

junto a ti conocí el dolor...

Y yo te amaba gratuitamente,

no por obligación, sino por elección;

mis ojos estaban clavados en ti,

no porque no hubieran otras posibilidades,

sino porque quería serte fiel, hasta

con la mirada...

Pero todo eso, para ti fue nada

y sabes no me duele que no me amaras,

lo que duele son todas esas ilusiones 

y sueños que se quedaron sin estrenar...

Y no, no sé si alguien más, algún día 

ocupará tu lugar, pero ten seguro,

que no será porqué estoy buscando

una forma de poder olvidarte.

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