sábado, 7 de abril de 2018

Trivialidades versadas

“Trivialidades Versadas”
Desde ese rincón donde guardo el corazón, en versos diezmados por el tiempo y que a pesar de lo amarillento de sus hojas y tinta desteñida, aun conservan la frescura de un suspiro y el vértigo de un sentimiento, vertigo que nace a la luz de una sombra…

Son versos que han hecho llover sin convocar nubes grises y que viajan libremente sin seguir directrices; han sido antídoto contra la depresión y desde siempre se han resistido a la circuncisión…Por eso han convocado al necio, aquel al que todos consideraban equivocado hasta el día en que llego la luz y puso la verdad al descubierto; también han convocado al poeta olvidado, aquel del cual todos han tomado sin que nadie le rinde pleitesía, porque sus versos son tan comunes y sencillos, pasando a ser propiedad de los heraldos populares,  que por eso nunca merecieron altares.

Han sido versos que han atravesado tormentas y soportado tempestades, letras diáfanas y profanas que renunciaron a ser hermanas de las que se sienten puritanas; frase triviales y sencillas sin humor de armar rencillas, ni polémicas astrales.  Son letras que no buscan usurpar, ni maltratar el buen nombre de poetas y cantores que recitan con el corazón sus amores y desamores en el silencio.   Son versos recurrentes y sin la belleza de un soneto, que no buscan sobarle la espalda a quien los condena o quiere pasar sobre ellos la tijera de la censura  y de esa forma eliminar la hermosura de su honestidad, pues de lo contrario tendrían que purgar esa condena eterna, que purga el que siempre quiere quedar bien…

No se someten al tiempo, porque el tiempo es el verdugo, que impone el yugo de los horarios, pues quien escribe, escribe a diario, aun cuando va al sanitario. Porque igual escribe una copla mientras contempla extasiado un cielo tapizado de estrellas y coronado de luna, que viendo ir y venir a la espuma del mar. Consciente de que cuando escribe, solo transcribe, pues la autoría es del Señor, el que inspira por medio de su creación. Ya que a él solo le correspondido ser, un paridor de ideas, un soñador aterrizado al que las burlas del destino, no han domado, porque desde su nacimiento fue desahuciado de la vergüenza y sin reacción ante el soborno del que dirán.  No precisa de de pastillas para dormir, pues con ellas solo es posible dormir, sin descansar y mucho menos soñar…Ya que este susodicho sueña hasta con los ojos abiertos; esperando no ser piedra de tropiezo para el que generosamente invierte ese trozo de su vida para leer mis líneas.
No sé cuantas veces he sido víctima de mi caligrafía, tratando de avanzar entre tantos tropiezos con mi ortografía, cuando trato de descifrar los garabatos de mis letras que parecen como alambres electrocutados, que han sido plasmados en servilletas, pedazos de cartón  o libretas en las que se ha orinado, el duende del tiempo. He tenido que recurrir a palabras inventadas, que no son fieles al original, con tal de evitar las escaramuzas que presupone enfrentar a las musas.

Sin ser escritor de profesión, espero no enturbiar esa digna profesión, cuyo producto ha sido alimento para mi intelecto, que ha provocado espasmos a mi alma.  Pues con versos he desnudado a la mujer más bella sin quitarle la ropa, he hecho el amor con una doncella y sin tocarla, me he trepado hasta el cielo sin despegar los pies del suelo. Quizás quien lee no sea consciente que cada suspiro, cada latido, cada emoción que provoca un verso, es alimento para esas musas, que de vez en vez dejan de ser esquivas y vienen a asistir a este loco soñador  y le hacen intuir lo que cada vez que cae la tarde se pone a escribir.
 Oxwell L’bu Copyright © 2011

Mi verso...

“Mi Verso…”
Con ese toque impredecible de la inspiración, que de súbito envía al alma a esa dimensión, donde los sueños se besan con las ilusiones y las utopías son las mayores razones, que mueven el timón de la vida.

Envuelto en esa atmosfera azul, escribí un solo verso, que tiene la brevedad de un relámpago, pues no fue más que un suspiro, suspiro que lleva ese aliento divino dado por lo eterno a lo que es finito, para envolverlo en su divinidad.  Pues es en la finites de la existencia donde con paciencia se teje la túnica de la eternidad.

Mi verso que es palabra sin dobleces, sin el brillo de la falacia bien fundamentada, sin el vocablo complicado pero que al final no dice nada, ni la redundancia que adoctrina pero no enseña…Mi verso desnudo sin la elegancia de una oda, ni la celebridad de un soneto, pues de este cuartero desertaron la métrica y la rima.

Mi verso es melodía desnuda sin la vestimenta de la composición, pues no suena a opera es mas bien una sencilla canción, cuya melodía deja trinando las cuerdas del alma. Mi verso es propiedad de nadie y sin embargo algunos se han adueñado de él, para difamarlo, para sancionarlo y hacerlo pasar por un campo minado o bien para modificarlo, cortándolo con las tijeras de la censura.

Otros por el contrario, lo abrazan y lo abrigan en su pecho como bálsamo que alivia el dolor que deja el vacio, porque mi verso es un verso con alas que va y viene con el viento, que sale de lo mas contento cuando hace levitar el pensamiento, embriagando el alma.

Mi verso es como un niño caprichoso que le saca la lengua a los criticones de oficio y se burla de los que pretenden obtener de la poesía un beneficio, diferente a esa sublime embriaguez del alma… Mi verso es demente como un adolecente, tenaz y atrevido como la juventud, con ese toque profundo y sublime del otoño.
Oxwell L’bu copyright2014