domingo, 26 de diciembre de 2010

"Vamos a Sextear"

“Vamos a sextear”


(Una Pequeña Reseña)

Como la Quinta avenida para Nueva York o la avenida Michigan para Chicago, toda ciudad tiene esa calle importante, que se vuelve emblemática de por diferentes circunstancias…Así para la “Tacita de Plata” la ciudad de Guatemala, la sexta avenida o “La Calle Real” (como se le llamo, antes de cambiar la nomenclatura de las calles a números, para hacer más fácil el encontrar una dirección) ha sido por muchos años, una de las avenidas más importantes de la ciudad, por ella pasan año tras año, desfiles y conmemoraciones chapinas como lo son el desfile bufo de “La Huelga de Dolores” de los estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala, los principales Cortejos procesionales durante la Semana Santa, el desfile del 15 de septiembre en honor a la independencia del país.

Nadie sabe con certeza desde cuando, se acuño, el término “Vamos a sextear” que hace referencia, simple y sencillamente al hecho de dar un paseo por la sexta avenida de la zona 1 de la capital, hoy Centro Histórico. Lo cierto es que, en los años ochenta la patojada, los muchachos y los adultos lo decían como cosa común. Para principios de esa década los llamados centros comerciales, se podían contar con una mano en el país, más bien los almacenes más prestigiosos se desplegaban a lo largo de la sexta avenida, al igual que las salas de cine, que también las había en otras zonas de a capital y en el mismo centro de la ciudad.

Para los que Vivian cerca del centro de la ciudad, era un paseo recurrente, mas para aquellos que vivían “lejos”, constituía un paseo que con ansias se esperaba, principalmente los fines de semana. El “Anillo Periférico” el express way chapín, recién inaugurado por uno de los hombres más visionarios con que ha contado el país, el Lic. Manuel Colon Argueta (alcalde capitalino) estaba reservado, para el tráfico vehicular de particulares, no así para el transporte público, que continuaba utilizando las arterias principales de la capital, como la Calle San Juan, la calzada Roosevelt, la avenida Bolívar, la calle Martí, entre otras para llegar al centro de la ciudad.

Para los vecinos de la colonia, aquel viaje se hacía largo y tedioso, a pesar de contar con tres de las empresas de transporte público más grandes de la ciudad (por el número de unidades de transporte), que cubrían la ruta de la colonia al centro y otros puntos de la capital; posteriormente se sumaron los microbuses o ruleteros (transporte que nace luego del terremoto de 1974), pero las rutas eran largas y con mucho tráfico, principalmente en las horas pico. Pese a eso, los fines de semana, los patojos rogaban a los papas para que los llevaran a vitrinar (Ir a ver las vitrinas donde se exhibía la mercancía), principalmente a la Juguetería, que mostraba en sus vitrinas, lo último en juguetes, de los personajes que veían en la televisión o en una película de Hollywood. El gusto de los patojos era ver, pues para muchos de los padres los precios les resultaban prohibitivos…

Los muchachos por su parte, hacían sus ahorros, para ir a sextear, no solo por vitrinar, sino también para ver a las muchachas que trabajaban en los almacenes de moda. Y lo tediosos del camino, lo animaban contando chistes o chiflándole y piropeando a las muchachas que iban por las calles…

Ya por aquel tiempo la empresa EGA consiguió el permiso de la municipalidad, para abrir una nueva ruta que iba de la Colonia al parque central tomando como ruta el Anillo Periférico. Aquello supuso un gran avance, en cuanto al acercamiento, de la Colonia al centro de la ciudad, pues un viaje que antes duraba hasta 2 horas, ahora se realizaba en 30 minutos. Aparte de eso, los choferes que laboraban en dicha empresa (en su mayoría hombres jóvenes) dieron por instalar potentes equipos de audio en las unidades, lo cual para los jóvenes hacia el viaje más ameno, pues iban escuchando su música favorita, a través de las frecuencias de las emisoras de Radio Corporación Nacional, con sus emisoras FM 95 y FM Globo y otras estaciones como Doble SS Radio 560.

El paseo daba inicio en el parque Central, pasando por El Portal del Comercio, al nomas entrar se veían los rótulos publicitario de: la farmacia Klee(que más bien era una perfumería), La Juguetería de Chicos y grandes la alegría… También se veía el cine Sexta Avenida (que a eso de las seis de la tarde estaba abarrotado por hombres haciendo cola, pues exhibían películas para adultos), un poco más adelante se encontraban los cines Lux y luego el punto de reunión de la muchachada, el Centro Capítol, con sus salas de cine, boutiques y salas de juegos electrónicos en el sótano, las cuales eran la mayor novedad de principios de aquella década, ya que las maquinas de juego como el Atari eran productos prohibitivos para las grandes mayorías y otras consolas de videojuegos como Nintendo, Play Station aun no existían en el mercado. Dicho paseo continuaba por frete al Palacio de la Policía Nacional, el cine Tikal y solía finalizar en la 18 calle, justo donde se encuentra la Iglesia El Calvario.

La arquitectura de algunas de las edificaciones, el hecho de que solo una ruta de buses recorría, dicha avenida (la ruta 1), sus luces y vitrinas vistosas y decoradas y por supuesto la oportunidad de conocer otra gente, hacían de ir a sextear un estupendo pretexto para salir de casa y disfrutar de la ciudad incrustada en el valle de la Hermita.

Oxwell L’bu


Foto: Internet

***Los Sueños del Jubilado***

***Los Sueños del Jubilado***


Todos los días ponía la jarria,
para calentar el cafecito matutino,
justo antes de que saliera el sol.

Cafecito, que ahora consumía
lentamente y sin prisa,
degustando el aroma para
luego sorbito a sorbito sentirlo
pasar en su garganta,
como quien besa a una hembra.

Se daba cuenta que le quedan
algunos años todavía,
que estarían envueltos en la nada,
si a aquel café no lo acompañaba
con una tostada…

Se daba cuenta que ya no había,
que lo distrajera,
justo ahora cuando más lo necesitaba.

Ahora era un Don Quijote sin su
Sancho Panza y su Dulcinea era
un dulce recuerdo…

Un día se le ocurrió empezar
a escribir una novela,
pero alguien le dijo que su tema
era triado…

Entonces deicidio escribir sobre
sus memorias algo así como
una autobiografía,
pero al ver por la ventana de sus
memorias una neblina de olvidos,
empaño sus recuerdos…

Escarbo en su pasado…
Tratando de encontrar algo
o alguien que le hiciera compañía.

Entonces empezó a escribir poesía,
pero alguien opino que aquello
era obsoleto…
Y que la falta de romanticismo
en estos tiempos no era un secreto.

Más aun así todas las noches,
escribía en aquella vieja maquina
Remington total entre dinosaurios
¡Se comprenden!.

Su vida era tranquila pero vacía,
ya nadie tocaba a la puerta
y el teléfono parecía desconectado,
porque ya así tiempo que nadie
lo ha llamado…

Hoy comprendió:
Que vivió sus mejores años postergando,
para cuando fuera adecuado…
Pues de esa forma había sido educado.

Pues debía de ocuparse de asuntos
importantes para no ser juzgado,
como un desobligado.

Hoy a nadie le importaba
si él seguía o paraba…
Si era feliz o moría de tristeza,
pues visitar a un viejo a casi
todo el mundo le da pereza...

Sus sueños hoy eran quimeras,
esperanza de nuevas primaveras,
cuando desde la ventana se espera
a que pase el invierno…

Oxwell L'bu
Foto: Internet

***Ponche de Frutas***

***Ponche de Frutas***


Con las delicias del trópico Chapín
y los antojos de la sierra,
hierven en la olla criolla…

En trocitos caprichosos la fruta
se prepara para llevar al paladar.
el sabor del paraíso con aroma de canela…

Se le agrega piña para que
al probarlo sonría la niña,
se le agrega ciruela para que
lo disfrute la abuela…

Se le agrega mamey y papaya
y se le antoja a la guacamaya,
se pica y se prepara la manzana,
mas esta no abunda porque de
a poquitos se la come doña Ana.

Falta poco pa’ que empiece
la posada…
Falta poco pa’ que empiece
el convivio navideño…

Que hasta el frio se cuela por las ventanas,
pues no quiere quedarse fuera,
quiere impregnarse de ese aroma
que habla de la “Navidad Chapina”.

Los patojos no esperan
y aun que se quemen el paladar,
hacen cola y se ponen a pelear,
por ser los primeros en probar.

Los muchachos con escuela
le agregan un chorrito de ron,
pues sin piquete no tiene el
mismo sabor…


Oxwell L'bu