sábado, 23 de julio de 2011

***De los Viñeros De La Vida***

***De los Viñeros De La Vida***
De niño aprendí que basta un vaso de agua,
para apagar la sed del cuerpo…
Pero para apagar la del alma se precisa
de algo que la trasciende
...
Un día probé el vino y descubrí el deleite
que siente el paladar y esa embriaguez,
que te hace querer más…
Pero al final siempre tienes sed.

Descubrí que una botella de vino,
es como una hoguera donde se reúnen
los extraños con los amigos,
cuando sienten sed y frio.

Sed de compañía, de hablar por hablar;
frio de ausencia y de indiferencia,
sed y frio que casi nunca encuentran,
sosiego o consolación.

Al llegarme la primera ilusión descubrí,
un vino diferente, que te arrebata en un
segundo el corazón y la mente…
Dejando tan seca la garganta que apenas
consigues balbucear una palabra…

Vez la belleza de las curvas de la botella
y te preguntas si será ella,
la que apagara esa sed de ternura y comprensión,
esa sed de sed de locura y pasión…

Sus besos son como sorbitos de su sabor y aroma,
que despiertan esos apetitos de consumir esa
botella en tragos tan largos que ahoguen esa
sed que sientes que te consume.

Pero el amor no se deja consumir, es él quien
nos consume y por eso solo te permite consumir,
de esa botella copitas de amor que te dejan levitando.
Porque del viñero de la vida nadie puede disponer,
es ella la que propone y dispone cuales serán,
las uvas que al convertirse en vino apagaran esa sed.

Que en verdad nunca se apaga, pues apenas acabas
de consumir una copa y quieres más,
porque la vida quiere mantenerte con sed de vivir
y de ese amor que nos trasciende.
Oxwell L’bu Copyright © 2011

Imagen: Internet