miércoles, 29 de julio de 2020

Que te acepten, como eres...

No, no fue que no conociera tus defectos,
pero los obvié deliberadamente,
porque mi corazón veía, lo mejor de ti...
No esperaba que cambiaras, como eras
te aceptaba, algo que tú nunca,
hiciste por mí.

Inventariaste mis faltas, me hiciste
caminar descalzo sobre el fuego
de tus celos y tus dudas;
sabes yo más creo que nunca me amaste,
porque como puede guardar amor,
un corazón que guarda tanto rencor.

Saliste en caballo blanco,
cómo debe ser, yo quede en la
vereda del camino, buscando
un nuevo destino donde las sombras
de tu recuerdo, sean eclipsadas
por un nuevo sol.

Hasta hoy, he caminado tropezando
con las sombras de tu recuerdos,
hasta hoy he sido un ciego,
pues solo tenía ojos para ti.

Pero de nada sirvió, eso a ti 
no te importo, me hiciste renunciar
a todo, me empujaste a anular cualquier
posibilidad, mientras tú seguís en tu mundo
de garantías, donde nada arriesgas.

Pero la vida no es así...
Ya verás como el tiempo marchita,
todo eso que a los demás agita
y hasta entonces comprenderás
lo que vale, que te acepten como eres.
Oxwell L’bu copyrights 2020

Nunca, como hoy...

*Nunca como hoy encontré tanto deleite en el insomnio… Pues quien puede dormir, cuando tiene a su lado el cuerpo desnudo de la mujer que ha amado…Quien quiere soñar, mientras está realizando el sueño de todo la vida, quien no se desvela con gozo contemplando esa cuerpo de mujer al que apenas cubre la penumbra…Quien no se desvela esperando un gesto que le invite a mar de nuevo.
Oxwell L’bu copyrights 2012

La luna se a vestido de blanco...

La luna se ha vestido de blanco, como la doncella cuando va a entregar la primicia de su amor…La luna luce esplendorosa, como luce la flor mostrando su esplendor, atrayendo con su aroma al colibrí para la bese y acaricie…La luna deja ver sus encantos, para cortejar a su mozo y que surja el romance.  
Oxwell L’bu copyright2014

Le vió el alma...

Al ver su belleza, se quedaban admirados,  de como aquel tipo, que sin mayores encantos había conquistado el corazón de aquella bella dama...Hasta que un buen día, no se decir si por sarcasmo, envidia o curiosidad, aquel hombre se atrevió a preguntarle y sin más preámbulos le dijo: Siendo usted una dama de notable belleza, de sensualidad exquisita, que le pudo ver a ese tipo. A lo que ella respondió: Le vi el alma. 
Oxwell L'bu copyright 2016