sábado, 26 de marzo de 2011

***...En Esos Cinco MinutosExtras***

***…En esos Cinco Minutos Extras***


Tic tack, tic tack, tic tack…
De repente de forma altisonante
suena la alarma anunciando
el inicio de un nuevo día de rutina.

Y me arrebata de ese sueño profundo,
que me tenía ausente de este mundo,
pero este cuerpo como trota mundo,
implora cinco minutos más…

¡Solo cinco minutos!
Luego sin protestar me levantare
y me iré a trabajar aun que tu cuerpo
junto al mío me grita ¡Quédate!

Entre dormido y despierto,
como un vivo casi muerto,
en la penumbra se dibuja tu silueta
y empiezo a soñar despierto…

En ese preámbulo de erecciones
involuntarias con que se alimentan
mis ganas de quedarme…

Contemplo tu cuerpo desnudo
del que mi virilidad se siente dueño
y que humedece cada uno de mis sueños.

En el silencio de la habitación
escucho tu respiración y siento,
tu aliento que como nubes pequeñas
forman corazoncitos que se escapan
de tu boca…

Hace frio y no sé si cobijarte
o seguir contemplando tu geografía,
la cual me siento tentado a recorrerla.

Tu…Sigues dormida como un ángel
que tras escapar del paraíso yace
tendida y fatigada sobra la almohada,
luego de esa entrega en la última alborada.

Te acurrucas a mí y en medio de la penumbra
veo esa luz de tu rostro…
Que es como una aureola de santidad en el
altar de nuestros amores…

Te abrazo y te estrecho junto a mí,
han pasado ya algunas horas
desde el último beso que te di.

Y empiezo a tener sed…
Sed de tus besos, sed de ti,
poco a poco empiezo a desdoblar
los pliegues de tu cuerpo
para encontrar tu universo.

No sé si ser santo o perverso,
recordando que en tu piel he
escrito el más hermoso verso,
ya que hacerte el amor ha sido
mi suprema poesía…

Es en ese jadeo entre contemplarte
o despertarte es que la imaginación,
juega con mis deseos…

Porque es con vos con quien he subido
hasta el séptimo piso…
Es con vos con quien mantengo esa
emoción de nuestros encuentros furtivos.

Quizás nunca lo he dicho…
Pero agradezco al cielo que tú seas
la cómplice de estas locuras en las
que hemos tocado el cielo.

Veo ese triangulo selvático y obscuro,
donde con diligencia mis dedos,
han calculado la hipotenusa…

Tus manos como una serpiente
empiezan a recorrerme,
como no queriendo dejarme ir.

Veo el reloj y esos cinco minutos
se han trocado en casi una hora,
entonces como un fugitivo
me escapo de tu cuerpo.

Me visto de prisa…
No encuentro mi camisa…
Entonces recapacitó es sábado hoy.

¡Gracias al cielo!
Ahora en mi horizonte aparece
un dilema si darle rienda suelta
a los deseos o irme a correr…

Tú sigues allí dormida…
Por lo que decidido irme a correr,
luego cuando regrese te voy a c…

Oxwell L’bu Copyrights

All Rights Reserved
Imagen: Internet