miércoles, 24 de junio de 2020

Cómplices...

Me gusta ser tu cómplice en la vida,
aquel que conoce lo que muchos desconocen,
aquel con quien no necesitas caretas,
porque te hace sentir en total libertad.

Me gusta ser tu cómplice, aquel a quien tú amas,
no porque lo dicte un papel, no por obligación,
sino porque es el sentir de tu corazón...
Soy tu amor, sin ser tu obsesión,
soy como la lluvia para las flores de tu jardín 
y tú la primavera, en mi jardín de otoño.

Eres mi cómplice y nada te obliga, yo soy tu compañero, no porque nos lo marca el destino,
sino porque vamos por el mismo camino...
Somos cómplices por elección y porque 
un día desistimos levantar el ancla y navegar.
Oxwell L’bu copyrights 2020

Aprendí a amarte...

Siempre fui lo que tú necesitabas,
lo que anhelabas, en el momento,
jamás te pedí explicación,
ni tendí un cordón, para apresarte
y así aprendí a amarte, no como yo quería 
sino como vos lo necesitabas...

Fui tú amigo cuando necesitabas 
ser escuchada, sin ser juzgada;
fui el cómplice de tus locuras
y de esas cosas que parecen sin sentido 
y aprendí a que cada latido siguiera
el ritmo de tu vida.

Fui tú novio cuando querías que te plantara 
un beso y que te abrazara y no te soltara;
fui tú amante cuando el deseo te quemaba
y yo lo calmaba con ternura y pasión.

Me hice cómplice de tu corazón 
y aprendí a tenerte sin poseerte,
a amarte sin apropiarme,
porque sabía que solo en libertad
podríamos volar...
Oxwell L’bu copyrights 2020

***Mientras masticó el chicle***

***Mientras mastico el chicle***
A solo cinco minutos para que den las seis,
siento en mi pecho una gran agitación,
es la emoción con la que palpita mi corazón

Soy como un perro moviendo la cola
y con la lengua de fuera esperando a su amo;
pues esa mujer es todo lo que amo.

Llevo casi veinte minutos esperando y me parecen
una eternidad que hasta el chicle perdió el sabor;
tomo una nueva barrita y la pongo en mi boca.

Porque cuando llegue quiero besarla como quien
bebe agua después de cruzar el desierto…
Y sentir que mi corazón no ha muerto.

Mastico el chicle con tal diligencia de quien busca
causar la mejor impresión y de repente siento una
alergia o comezón…

Me pica la cabeza ¿Sera el sol?
Me tiembla el ojo ¿Sera mal de reojo?
No lo sé…Lo único que sé, es que si tardas
mas en llegar estas ansias me van a matar. 

Me sudan las manos, me tiembla un pie
es toda una insurrección alentada por el corazón,
que el cerebro no consigue controlar.

Los nervios me traicionan hay en mí una especie
de desesperación por quererte abrazar,
soy como un naufrago en alta mar,
esperando su rescate…

O quizás una pieza antigua de museo que espera
que tu ganes el remate…
Para que me llevas a tu sitio favorito y me dejes
junto a ti para siempre.

¡Qué locuras estoy pensando!  
¿Qué me pasa?  Estaré delirando,
ya en la suele del zapato un chicle
se le va pegando..

De repente te tengo frente a mi…
Y soy como un volcán a punto de erupción,
siento como una AlKa Seltser en el corazón.

Es tanta mi emoción que me trago el chicle,
pues mi boca te reclama…
Esta sed es como una llama…
Me muero por besarte.
Oxwell L’bu Copyright © 2011