miércoles, 15 de septiembre de 2010

***Mi Niña Blanca, mi Monja Blanca***

***Mi Niña Blanca, mi Monja Blanca***


Titiritando de frio en los
bosques de las Verapases,
así te encontré a los pies
de una ceiba…

Tu belleza me deslumbro
tu rostro empalideció,
cuando nuestras miradas
se encontraron.

Un quetzal de pronto paso
acariciando tu rostro con
su bella cola…
Tus ojos como carambola
se fueron detrás de el,
mi corazón seguía allí junto
a ti titiritando de frio cuando
el chipi chipi te baña el rostro.

Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que has crecido en esta tierra
de leyenda, maíz y café…

Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que tiemblas de la emoción
cuando escuchas las teclas
morenas de la marimba…

Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que eres algo así como una lagrima
de Dios…
Lagrima de alegría, lagrima de tristeza
que hace fecunda a esta tierra del quetzal.


Oxwell
Foto: Internet

***Sonando bajo una Ceiba***

***Soñando bajo una Ceiba***


Luego de una jornada bajo
el sol sembrando flores en
este jardín primaveral…

Me senté bajo una ceiba
hermosa, frondosa que me
extendió sus raíces como
brazos para arrullarme.

Sin cerrar los ojos me vi en el paraíso
en un lugar donde Dios quiso
dejar sus huellas y rastros de
su presencia…

En una tierra bañada por dos
mares altivos sonoros donde
ha hecho su hogar el quetzal.

Vi sus volcanes y montañas,
mis ojos se extasiaron ante
tanta belleza de una multitud
de paisajes que parecen obras
de arte pintadas a mano.

Sin darme cuenta me quede
dormido…
A lo lejos escuche una marimba
y sentí que el corazón se me
escapaba del pecho.

Aquella Ceiba se convirtió
en el lecho donde suelo
soñar despierto y si allí me
quedara muerto ¡Que importa!
Si de niño fue mi cuna y sería
una fortuna quedarme allí soñando
en sueño eterno…



Oxwell
Foto: Internet

***Panal de Recuerdos***



***Panal de Recuerdos***

Me unto de miel el alma
cuando atraigo tus recuerdos,
cuando al cerrar los ojos te
veo en mis juegos de niño…

Tu figura frágil atormentada
por la enfermedad que
sin embargo nunca consiguió
desdibujar tu sonrisa aun
en tu partida…

Esa imaginación con que ponías
el universo en tus manos,
esa caridad de tu corazón que
al fin se desbordó un día.

Siguen pasando los años
y tu lugar en la mesa sigue vacio,
porque hay ausencias que nadie
consigue llenar…

No necesito una foto para
recordarte…
No necesito una fecha para
añorarte…

Porque de alguna forma
vos vivís en mi y te llevaste
algo de mí en tu partida.


Y a pesar de lo triste de
la despedida cada vez que
me acuerdo de vos una miel
se posa en mi paladar
para subsanar la amargura de
tu ausencia aun que este vacio
no he encontrado forma de
poderlo llenar…

(En dulce memoria a mi Hermano
Geovanni)

Oxwell
Foto: Internet