“Lecciones de vida”
(Una carta a mi padre))
Cuando me veías presuroso, trepándome al cielo, perdiendo en la prisa conciencia del suelo, me aterrizaste…Porque no querías que cayendo se partieran en mil pedazos mis sueños e ilusiones ilusiones.
En aquel tiempo no lo comprendía, porque mi corazón latía, con más rapidez que el tuyo y a mis razonamientos les faltaba tu experiencia, así como a mis prisas la paciencia. Siempre, me he preguntado ¿Por qué se tarda uno tanto en aprender? ¿Por qué no se nace con experiencia? Ya que se precisa de tiempo y paciencia para ir cobrando conciencia de lo que realmente es importante en la vida… Y se paga tan caro cada lección aprendida y sin embargo vamos dejando asignaturas pendientes en esa escuela de la vida.
Y algunas de esas asignaturas pendientes son para contigo, hoy quisiera decirte que aunque no fuimos los mejores amigos, a causa de esas diferencia, entre ese que sueña despierto y que con alma de vagabundo va bregando con este mundo y alguien como tu es mas practico y realista, que conoce los peligros de la autopista. A pesar de eso creo que Dios te escogió para ser mi padre, para hacer de de mi “Un soñador aterrizado.”
Y ese mismo creador es testigo, de la admiración y respeto que te profeso,
aún si no existiera razón, pero me sobran razones para admirarte para decirte que en los momentos de dificultad, cuando todo cae al piso, yo te vi levantarte y transformarte en un gigante.
Con frases francas y abiertas, en medio de la obscuridad me abriste puerta, cuidaste mis alas, para luego verme volar, has sido algo así como las abejas, que dedican toda una vida a construir la colmena y luego la dejan sin más ni más, sin importarles quien aprovechara esa miel, porque construirla era su trabajo. Es ineludible para mi, el evocarte, cuando escucho esa música que te gusta de Agustín Lara, de Nat King Cole, Elvis o algún bolero. Tus palabras siguen resonando como eco, cuando en mi vida confronto situaciones que tú con tanta sabiduría me anticipaste. El tiempo nos va ganando la partida, pero sé que entre nosotros nunca abras despedida porque siempre vas a vivir en mí y yo en ti, porque aun que hoy no camine con tus zapatos, continuo siguiendo tus huellas.
Oxwell L’bu Copyright ©2012
#Diadelpadre
