lunes, 28 de enero de 2019

***Abrazos con aroma a eternidad***

***Abrazos con Aromas de Eternidad***
Escucho la resonancia de tus palabras
y espero con paciencia digerirlas,
hasta que se impregnen en mi alma
y se acurruquen en mi corazón…

Son melodía tierna a mis oídos,
que acompañadas de cuerdas
de violines, chelos y guitarras,
que desgarran el velo de esta
noche eterna…

Saboreo tus palabras como quien
se deleita con el más fino de los vinos,
contemplo tu silueta de guitarra
y se me antoja poner a vibrar las
cuerdas de tu alma…

Es tu aroma de romance…
O serán tus curvas de mujer…
Que hacen que mis manos como hiedra
se aferren a tu ser y yo sin poderlas detener.

Es el amor un líquido diamante
que con brillo corre por tus venas,
y mi corazón en forma de clavel,
busca con desesperación de esa miel.
Y por un momento, que se me hace eterno,
pones otra vez el disco de acetato que
hace ya algún tiempo yo te regale
y que cada vez que lo escuchamos
nos parece que fue ayer…

Porque este amor guarda la frescura
de esa primera vez…
Porque este amor guarda una pasión
que no se puede contener…

Regresas a mis brazos y con esa mirada
Que se apodera de mis sentidos en un instante,
Haces que se derrita mi corazón…
Me susurras al oído frases tiernas, sencillas
y triviales que en tu voz tiene esa frescura
de la primavera…

Tu sonrisa tiene en mí ese efecto narcotizante
y es que tu sonrisa tiene esa magia de las
estrellas en el cielo y por eso cuando no estas
verte sonreír es uno de mis grandes anhelos.

Pretendo escapar por un momento de tu regazo,
pero tú lees mi mirada y con diligencia vas a la cocina,
yo me quedo contemplando desde mi rincón
esa figura agraciada mientras mi imaginación
sucumbe ante el vaivén de tus caderas.

Tú volteas de repente y al parecer has
leído mi mente…
Yo para disimular me pongo de pie,
para repetir nuestra canción.

Recorremos despacito esa distancia
que nos separa…
Como dos locos que camina por la cuerda floja
esperando no caer en la tentación del otro.

Al acercarnos somos miradas cómplices,
manos temblorosas, suspiros recurrentes,
algo así como dos dementes que se acaban
de encontrar.

Deslizo mis dedos por tu espalda
y tu cuerpo se contornea como
arcilla en el torno…
mi cuerpo es un horno…

Y yo te quiero abrazar…
Quiero abrazarte con todas las fuerzas
que el alma me da…
Quiero abrazarte en un abrazo que dure
toda la eternidad…
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