viernes, 6 de marzo de 2020

“La razón de tu mirada”

La razón de tu mirada...
Tú cómo rosa delicada, escondes la mirada, que delata a tu alma alborotada, por el influjo del amor. Escondes tus bellos ojos, bajo la venda del pudor, haces como que no ves y esquivas la mirada.

Pero cualquiera podría notar, que estás enamorada, enamorada como nunca imaginaste, enamorada como no lo calculaste y ahora no sabes que hacer, con ese torbellino de sentimientos y te asusta y a la vez te gusta, descubrirte así.

Quien pudiera ser, la razón de esa mirada, que delata a tu alma alborotada por el influjo del amor; quien pudiera ser el motivo de ese brillo en tus ojos, quien pudiera ser, el que provoca  esos suspiros y esa bella sonrisa cuando lo evocas.

Quien pudiera vivir en la niña de tus ojos, besar tus labios rojos y sentir en tu pezon, esa tierna excitación... Quien fuera el bendecido, que recibe ese regalo del cielo, tu anhelo, tu primera ilusión, quien se va adueñado de tu corazón.

Quien pudiera con ternura, quitar ese venda de tus ojos y verse reflejado en ellos, sentir tu proximidad y sentir que la vida se le va, quien pudiera ser la razón de tu mirada...
Oxwell L’bu copyrights 2020

***Mientras prepararás la cena***

***Mientras Preparas La Cena***
Luego de una larga jornada de trabajo,
fastidiado por el tráfico llego a casa,
con un cansancio que no consigo
disipar…

Tú me abres la puerta de par en par,
con un beso me haces olvidar,
todas esas cosas que me suelen
aturdir y agobiar.

Te veo y sé que debajo de ese delantal,
te has vestido de amor…
Y te has puesto ese modelito,
que con tu figura te sienta mejor.

Te metes al imperio de tu cocina,
donde tu presencia todo lo domina,
de donde emanan aromas a manjares
que despiertan los apetitos de todo mi ser.

Veo como tus manos laboriosas,
transforman los vegetales,
en afrodisiacos astrales
y se me antojan los tamales.

Te escucho cantar
y me muero de las ganas
de irte a besar…
Mi libido empieza a levitar.

Apresurado me meto a bañar
y no puedo dejar de pensar,
en tu cintura y los contornos
de tus piernas y caderas.

Porque a ti te basta un suspiro,
para provocarme una erección
y para que se estremezca,
a tal punto mi corazón…

Que me parece que algún día,
en esos éxtasis cuando hacemos
el amor…Sera tanta mi emoción
que me dará un infarto.

De tu dulzura y exquisitez,
yo nunca me arto,
al contrario me he transformado,
en un adicto que te precisa a diario.

Salgo de bañarme…
Y te veo reclinada arreglando la meza,
que no se si llegar así de sorpresa
 o  contener mis deseos.

Ya que tú siempre me dices:
El postre es para después de
la comida,
Pues sabes que prefiero lo contrario.

Apresurado y con todo el cuerpo
y el alma alborotados,
entro al altar de nuestros amores,
con una especie de temblores.

Me visto a toda prisa
y olvido abrocharme la camisa,
lo cual es un pretexto que tu
aprovechar para acercarte a mí.

Mientras me besas me los abrochas
y yo ya no se qué hacer con estas
ansias locas de tocarte y besarte,
donde no te da el sol.

Es que mujer de la creación
eres una obra de arte…
Que aun un ciego no podría
dejar de adorarte.

Eres la más bella rosa del jardín,
eres tentadora como un pudin
y yo nunca he hecho dietas,
ni me conformo con galletas.

La exquisitez de tu comida,
logra por un momento disipar,
estas ansias que solo tu amor
logra despertar.

Feliz y satisfecho,
te digo ¡Nena buen provecho!
Pero ahora eres tú la que quiere
su postre…
Oxwell L’bu Copyright ©2012