domingo, 21 de mayo de 2017

***Príncipes De La Poesía***

***Príncipes De La Poesía***
Tinta candente como lava de volcán,
pluma con luz sideral que gravita
en ese universo azul de la poesía.

Oído de escuchar agudo,
sensibilidad ante la belleza de la verdad;
verdad que no se deja poseer.

Versos que se desnudan como una mujer,
ante el encanto de la poesía
y su canto mágico…

Poetas de ayer, de hoy de siempre,
hombres y mujeres fuera de serie,
de esos que se dan como edición limitada.

De esos que nace uno cada madrugada,
en las que la luna se desvela,
dejando caer su vestido blanco.

Para recubrirse con el abrigo azul
del universo…
Dejando nacer un nuevo verso.

Príncipes de la poesía,
constructores de sueños,
ilusionistas de la utopía.

Más que escritores,
receptores de ese sentir,
por el que el corazón no deja de latir.

¡Ojala! Nunca falte la pluma del mago,
¡Ojala! La musa mayor nunca
pierda ese amor.

Amor que siente…
Amor que canta…
Amor que se diluye en versos.

Cuando el poeta,
de forma magistral interpreta,
el sentir del alma.
Oxwell L’bu Copyright ©2012

***Monólogos***

**Monólogos***
En las noches eternas,
de mis monólogos interminables,
me subí a la barca de los sueños,
para ir a buscarte...

No prepare equipaje,
ni tan siquiera me traje
recuerdo alguno,
aquello sería una renovación
para el corazón.

Ignore esas voces que me llaman,
quite el ancla del pasado
e ize la vela azul de mi esperanza,
que se infló con el viento de la fe.

Y así sin tripulación, ni destino,
me lance al mar laberíntico,
de las preguntas sin respuesta,
de los porqués y para qués.

Exorcise y confronté,
los demonios del presente
y del pasado...
Y libre una lucha a muerte,
finalmente los expulse.

Y así desnudo y desposeído,
en esa obscura noche,
en que mi barca estubo
a punto de naufragar,
te imploré: ¡Muestrame
tu rostro!

Y me quedé esperando,
implorando pero al parecer
no me oías, pues el ruido
de las olas de los autoreproches,
al parecer te ensordecian.

Hasta que finalmente abatido
y desauciado, me quede cayado,
con el pecho agitado, el alma ardiendo
y el entuciasmo menguando.

Así derrotado en la batalla que gane,
me quede en un monólogo interminable,
con el tiempo que es poco amable
y es fe que a veces me es esquiva.

Buscaba no sólo al amor,
sino a quien ama...
Ese que esta en todo y en
todas partes, pero se hace
ausencia, cuando lo busco.

Mi alma gemía por el amor
de los amores ese cuya presencia
trae aroma o flores, ese cuyo amor
es mas grande que el amor.
Oxwell L’bu Copyright © 2017