viernes, 23 de agosto de 2019

***En mis cuadernos escolares ***

***En Mis Cuadernos Escolares***
Hoy encontré mis cuadernos,
en medio del polvo y de cosas
que un día dejaron de importar.

He de confesar que nunca me gusto
mi caligrafía y de mi ortografía
prefiero no hablar…

Y en medio de ecuaciones, apuntes
de historia, leguaje y ciencias naturales,
tu nombre vine a encontrar.

Escrito en Rojo encerrado en un corazón
con una flecha y un tímido te quiero,
frases sueltas por aquí y por allá.

Que estoy seguro las junte y te las
envolví con miguitas de ternura
y sorbitos de dulzura que luego
te envié en una carta…

Me pregunto a estas alturas de mi vida
¿Dónde estarás? ¿Con quién estarás?
Quien llenara su vida de ti.

Nunca ha sido para mí el pasado un
deseo recurrente…
Pero mirando mis cuadernos daría
lo que me resta de vida para volver
aun que sea un momento.

¿Qué te olvide? Eso es algo que nunca
intente pues sería como borrar las
horas más felices de mi existencia.

Pues aprendí a vivir sin ti pero no a olvidarte,
aprendí a seguir mi camino con la esperanza
de que un día encontrarte…

Hoy solo Dios sabe si te acordaras de mi,
de mi el muchacho de mirada profunda,
de actitud vagabunda que aprendió a querer
porque tu le enseñaste…

Hoy veo tu nombre en mi cuadernos escolares
y siento una nostalgia que me inunda…
Siento una tristeza iracunda…
Que esta vez no sé si lograre superar.
Oxwell L’bu copyrights 2011

Te propongo

***Te Propongo***
Te propongo, caminar de la mano
en medio de esas líneas paralelas
que parecen nunca unirse,
pues se llaman tiempo y distancia.

Te propongo caminar de la mano
y transitar por la calle Amores,
volver a sentir ese aroma inconfundible
a durazno que evoca tus besos.

Caminar sin prisas
justo cuando va a caer la tarde,
cuando la luna se despierta,
cuando el horizonte se tapiza de estrellas
y al alma le da por escribir cosas bellas.

Te propongo capiusarnos,
darle un alto a la rutina
y maravillarnos con esas cosas
sublimes y sencillas.

Te propongo esas cosas
que te hacían sentirte enamorada,
esa espera en tu ventana
mordiéndote los labios por el beso
que aún no llega...

Te propongo caminar soñando
despiertos, el mismo sueño,
sin que la realidad sea un impedimento,
porque cuando el corazón quiere, quiere.
Oxwell L’bu Copyright © 2016

***Viviendo a la vecindad del amor***

***Viviendo A la Vecindad Del Amor II***
Con esa recurrencia de sus impaciencias,
se asomaba a cada instante a la ventana,
con la esperanza de verla salir.

Ella, lo sabía pero entre pláticas de mujeres,
aprendió que es mejor así: Que el hombre
espere, aun que una se reviente por mirarlos.

Pero aquella lógica femenil atentaba contra
el corazón y era contraria a la razón…
Pues si el sentimiento vive hay que dejarlo Palpitar.

Pensaba: Si hoy puedo ser feliz, para que esperar,
si los días lúgubres llevan sin avisar…
Y un día la melancolía vine a la vida a acampar.

Por lo que se inventaba cualquier pretexto,
para salirlo a encontrar…
Al verla, el dejaba hasta su sombra, salía
corriendo como un niño tras un manjar.

Aquellos momentos de pura felicidad,
por el simple hecho de verse, de acariciarse
con la mirada y sentir la respiración del otro.

Eran motivo suficiente para apostar lo que
no podían perder…
De tropiezo en tropiezo el amor los doblego
y de aquellas antiguas rencillas nada quedo.

Ahora eran como palomas que no pueden ver
mas que en una dirección y esa la señala el corazón;
Pero tanta alegría no podía pasar desapercibida.

Porque es mas común ver a la gente tragando
taros de amargura, que vino de felicidad,
por lo que la alegría de otros resulta novedad.

Una tarde, en una de esas escapaditas “discretas”
el padre besándose los encontró…
Y se imaginan la que se armo.

Porque el, no se daba cuenta que su princesita
ya usaba sostén y que sus curvas eran autopistas
en la hora pico.

Para el, ella seguías siendo el corderito de su rebaño
y el otro no era más que el lobo ferros que llegaba
nada mas que para hacer daño.

Entro a la casa desagraviado, enfadado con la princesita
a su costado llorando a mares…
La madre afligida pregunto: ¿Qué paso?

El padre en privado le explico, mandando a su cuarto
a la princesa y sin mayor delicadeza su enfado mostro;
La madre replico: ¡Que te aflige! Si lo mismo hicimos tú y yo.

Después de varios días el padre a regañadientes acepto
sin aceptar y lleno de esos celos de padre que no lograba
disimular…

Porque toda bella historia siempre encontrara oposición,
pero nunca faltaran los aliados que siendo cómplices,
permiten que se escriba una nueva historia de Amor.
Oxwell L’bu Copyright © 2011