sábado, 10 de septiembre de 2011

***La Novia***

***La Novia***
Con un suspiro inefable,
un vestido blanco impecable
y majestuosa como mariposa,
la novia va rumbo al altar.
 
Del brazo del hombre que la vio crecer,
acariciando con cariño la mano que
no solo le dio de comer, sino que
también lleno sus días de fortaleza,
entre aguas de ternura.

Allí la espera cual si fuera un diadoco,
un hombre con la semblanza de un caballero,
en el cual hace estragos la impaciencia,
mientras le arde en llamas el corazón.

Lagrimas como cristales brotan de sus ojos,
lagrimas que nadie puede ver…
Pues su rostro lo cubre el velo de doncella,
que descubrirá en el altar cuando se entregue
como mujer.

Sollozando, poco a poco va avanzando,
sin que nadie alcance a sospechar
que de esa boda ella quisiera escapar…

¡Luce glamorosa! ¡Qué novia más hermosa!
Son los murmullos que ella escucha al pasar,
pero lo que no sospechan los demás…
Es que para ella de nada vale el hermoso vestido
y una boda ostentosa cuando su corazón pide
a gritos otra cosa…

Aprendió a quererlo como se quiere a un amigo,
aprendió que una dama sigue la tradición,
de escoger al mejor prospecto aun que solo
sienta por el afecto…

Si de buena gana fue ella la que acepto,
¿Qué fue lo que cambio?
¿Quién o qué? Pudo trocar esos sueños,
de una boda pomposa, un altar repleto
de flores y muchos invitados para
celebrar esos amores…

Que provoca que hoy su mente este en
otro lugar sin lograr, sin disfrutar lo que
de niña siempre soñó…

Solo una cosa que hasta ayer no conoció,
a la que no le importan los halagos,
ni que le rindan pleitesía…
Y ese es el Amor.
Oxwell L’bu Copyright © 2011

Imagen: Internet

***El Novio***

***El Novio***
El la espera en el altar,
con el corazón lleno
de buenas intensiones…
Ha enviado ese espíritu
 aventurero de vacaciones.

Con la firme convicción,
de honrar esa vieja tradición;
de sentar cabeza aun que el
alma se muera por correr
y poner al mundo de cabeza.

Sin embargo mientras espera
a la novia su mente empieza
a divagar y en sus recuerdos,
escucha las latanias y murmuraciones
con que acompañan los amigos.

Lo sabe muy bien porque ha sido
testigo de más de un matrisuicidio,
de amigos que aventajados han
dejado de ser como gatos en los
tejados.

Y más de una vez ha visto como
esa metamorfosis ha transformado,
a un pica flor en hormiga…

Se pregunta: ¿Por qué el varón
nunca parece estar, listo para
el matrimonio? Y eso de asentar
cabeza lo pone a un paso del
manicomio…

En el altar sin querer mirar,
ve a todos los que lo han querido
acompañar y en su sonrisa forzada,
se adivina una zozobra que disimula
con un tic nervioso que recién
se le ha desarrollado.

Abstraído de la ceremonia
por un segundo…
Se pregunta si aquel es el camino
de la felicidad o más bien
un desvió…
Oxwell L’bu Copyright © 2011

Imagen: Internet