Por aburrimiento, por costumbre o que se yo, tomaba su celular, sin nada que esperar, pasaba de meme a meme y con morbo sonreirá, así como alguna que otra cosa que llamaba su atención, pero apenas lo leía.
Hasta aquel día, en que leyó aquella primera publicación, que le apretó el pecho. No, no era la imagen o lo que decía, pero en ella despertó una algarabía, como cuando por mucho tiempo se ha esperado al sol. Es que eran letras que apelaban con sutileza, a quien las leyera, que al hacerlo no solo lo hicieran sus ojos, sino también su corazón…
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