Con la fe de un adolecente,
que despierta al amor,
sin miedo al error…
... Me aferre a tus alas
y no tuve miedo de volar,
porque he aprendido a creer
contra todas las apuestas en ti.
No te he puesto en un pedestal,
porque luego caerías…
Ni te he idealizado porque eso
nos haría daño de los dos.
Más bien he aprendido a ser
tolerante ante tus defectos,
sin prestar oídos a las opiniones
de los demás.
He aprendido a quedarme callado
aun sabiendo que no estoy equivocado
mas cuando te has percatado,
no te lo reprocho…
No llevo inventario de tus faltas,
ni espero la oportunidad para
echártelas en cara,
porque todo eso es nada.
Frente al intenso amor que
yo siento por ti…
Ya que mi felicidad no depende
de cuanto tú me ames…
Si no del amor que la vida me
permita prodigarte.
Te admiro mas no como quien
ve una obra de arte…
Que sucumbirá con el tiempo,
si no como aquel que contempla
el universo.
No creas que soy un ingenuo primerizo,
porque la voz de la experiencia me dice:
Que si el cielo a mi favor conspiro,
quien soy yo para negarme a esta
hermosa bendición.
Oxwell L’bu Copyright ©2011
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