Ente los fantasmas
de la obscuridad,
un alo de luz cual espada,
rasga la cortina...
Poniendo al descubierto,
una presencia cautivante,
que estremece a mi
corazón delirante.
En esa penumbra
contemplo tu desnudes,,
y te me antoja a un ángel,
que se ha quedado dormida.
En la quietud y el silencio,
escucho cada latido,
cada suspiro, es como
una sinfonía inefable.
Percibo en mis manos,
el aroma de tu piel,
y en mi boca aún ese
sabor a miel...
Siento que mi alma,
gravita en torno a tu universo,
mientras que de mis manos
se me escurre un verso.
Un verso, que lleva
como esencia tú nombre,
y el amor de este hombre,
que ama a una mujer,
con la que quiere verce
junto a ella envejecer...
Oxwell L'Bu copyright 2015
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