sábado, 26 de septiembre de 2020

Y si le diera una flor...


 Y si le llevara una flor...

Y si le diera una flor 
que le hablara de mi amor,
quizás sería anticuado,
esas son cosas del pasado,
en un mundo que es gobernado
por el celular.

Si le diera una flor
que le acariciara el rostro,
quizás sería un detalles
poco encantador,
porque algunas ya no
creen en el amor.

Pero una flor sigue siendo 
un verso de Dios,
tiene el aroma de los ángeles,
la tersura de una caricia
y la ternura de un suspiro.

Quizás mi flor no le diga mucho,
quizás solo la tome por ser amable
y luego la abandoné en una mesa
y al marchitarse vaya a parar
a la basura.

Pero podría ser, que le robe
un suspiró, que la besé sabiendo 
que mis manos la han cultivado
y le hable de lo mucho que de
ella vivo enamorado.

Quizás la ponga en un bello
florero, en su mesita de noche
y la bese antes de dormir
y cuando se marchite la coloque
en ese libro que no termina de leer.
Oxwell L’bu copyrights 2020

Si se decidía a amar...

 Llegó a su vida y sano la herida

y en poco tiempo hasta la cicatriz 

desapareció...

Se estremecía cuando la acariciaba,

tocaba el cielo cuando la besaba 

y su alma vibraba cuando la tocaba.


El era la fuente de todo aquello,

que sentía y vivía junto a él...

Pero el no era la fuente,

el solo tendió puentes donde

habían abismos, abrió puertas

clausuradas y le ayudó a descubrir

toda la ternura que de ella podía emanar

si se decidía amar...

Oxwell L’bu copyrights 2020

***El libro que le leía***


 ***El Libro que Le Leía***

Con la ilusión de una niña,
tomabas el libro de poesía,
que te leía...
Te fasinabas con cada verso,
te sentías parte de las historias..

Había poemas que te sabias,
perfectamente de memoria,
había versos que tu decías,
que sentías que fueron escritos
para ti.

Sin sospechar que en verdad 
era así, pues cada verso,
cada palabra. te evocaba;
era una conspiración del universo,
el que en cada versos hubiera
algo de ti...

Para ti el autor era algo así,
como un príncipe azul,
que sacabas del baúl,
de tus recuerdos.

Sin siquiera sospechar,
que el autor estaba a tu lado,
pero como podía darle fin
a ese encanto, a esa ilusión
que tu tenias en el corazón.

Me contentaba sabiendo,
que en aquel libro de poesía,
ella encontraba el amor,
ese amor platónico,
ese amor con el que ella soñó.

Pues vivía enamorada,
de sus versos, de esa forma
que la hacia soñar, era ese
hombre secreto que solo
conocía en su corazón..
Oxwell L’bu Copyright © 2017

Aposté a perder...

Aposté a perder, por tu amor mujer,
no me pude contener,
me las jugué y te confesé a quema ropa,
mis intenciones, cargadas de emociones
y pasiones que no supe contener.

Lo hice con la verdad en la mano,
cuando te dije: yo te amor,
sin recurrir a artimañas,
sin enredarte en telarañas,
ni recurrir a viejas mañanas,
sino con puro sentimiento.

A pesar de mi verdad, no confiaste en mí
y cómo un pájaro me dejaste ir,
sin comprender que yo rendí a tus pies,
mi bien más preciado bien, mi libertad.

Y hasta que me viste del brazo de alguien,
comprendiste lo que yo te ofrecí,
pero era ya tarde porque a ella se lo di,
porque ella sin dudarlo creyó en mí,
se la jugó por mi...

No necesité demostrarle nada,
no me pidió garantías, 
ni exigió dote alguno,
le bastaron mis besos apasionados,
mis versos enamorados
y escuchar mi corazón,
latiendo a mil cuando me besaba.

Lo siento pero para ti
ya no queda nada,
Porque tú lo sabes,
cuando yo me doy,
me doy por completo.

No, no crea que el veneno del despecho
me hace hablar, ni la envidia de saber
que otro ocupa, el que nunca fue mi lugar;
pues a decir verdad, nunca la sentí 
de mi propiedad, siempre me fue ajena.

Porque para dar el corazón,
yo no precisó de apropiarme de la persona,
me basta con sentir que me amaba,
para dejar desbordar mis sentimientos 
y olvidarme del mundo y hacerla mi universo.

Y disculpe si hasta la despedida me sale en verso,
pero ahora ella es quien me mueve el tapete,
la que pone el sol en mi ventana con su sonrisa
y mi luna al anochecer.
Oxwell L’bu copyrights 2020