miércoles, 25 de enero de 2023

“Asturias: Una visita Inesperada”


 “Una visita inesperada”

(Rubén Darío y Asturias, una historia de lo posible a lo imposible)

Aquel patojo que saltaba como piojo, que no sabía estarse quieto, que de adolescente demente se volvió más inquieto… Lo sacudió un terremoto, lo quiso amordazar mas de dictadura y nunca perdió la bravura y exilio salió a su auxilio pues su inquietud nunca mermó…

Siendo aún adolescente, un prócer de las letras, llega a Guatemala, Ruben Darío y Miguel Ángel no lo dudo, debía conocerlo y más aún tener una charla con él, aquella sería una oportunidad única, que marcaría al futuro escritor.

Ruben Dario lo intrigaba y sobre el guardaba una profunda admiración, no solo por su poesía, que recitada adquirirá una melodía embriagadora, sino por el hombre que llevaba sobre sus hombros, el peso de la voz de un continente.

Fue en 1917 en un pequeño hotel de ciudad de Guatemala, el hotel Imperial, en medio de aquellas calles perfectamente trazadas, que tenían nombre propio y que sin ningún oprobio era por donde se paseaban esos fantasmas que engendrarían el realismo mágico latinoamericano.

Rubén Darío, debió sorprenderse que un adolescente demente, casi quisiera entrevistarlo, pues los adolescente no son tanto de leer poesía y menos aún como la mía, que se nutre de lo cotidiano, de esos pequeños detalles que no suceden en vano y que vale la pena retratarlos con la eternidad de las letras.

 Cuan grande a de haber sido aquella primera impresión, que el adolescente años después escribió una canción(La Chalana) junto a sus compañeros de bohemia y sin el pudor de la fama que es abstemia.

La pluma de Miguel Ángel, cuando escribía versos, evocaba aquella poesía dorada del prócer de las letras latinoamericanas, lo melodioso de sus letras, sus evocaciones y sus invenciones de una forma de conjugar el verbo amar en otras dimensiones.

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#RubenDario

#MiguelAngelAsturias

“Los pensamientos del café”


 “Los pensamientos del café “

No es lo mismo detenerse a pensar, así  de repente una mañana, que hacerlo mientras bebes una taza de café y este se hace parte de tu cuerpo…

Hacerlo sintiendo lo caliente de la tasa entre tus manos y ver esos fantasmas que gravitan y que luego habitan en tus pulmones, el sentirse embriagado por su aroma y emborrachado por su sabor, es que no es lo mismo embriagarse, que emborracharse.

Los pensamientos del café, se apoderan de la mente y de repente los trasforma en un verso, en una partitura o de repente en una historia que yacía dormida en la memoria. El café poco a poco empieza a correr por las venas, minimiza las penas y hace menguar los malos recuerdos, entonces como un crisol lleno de luz, viene ese pensamiento que pone el corazón contento y a uno le da por cantar, esas canciones olvidadas o las que uno escribió y nadie escuchó.

No, no es lo mismo empezar el día con café, que sin el, porque este es esa pócima que rejuvenece las ideas y le un nuevo ímpetu a los sentimientos.

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