Sobre tu piel anda
el duende del deseo,
que cuando te veo,
puedo percibir lo
que no te atreves
a decir.
Sobre tu piel siento
la erupción del volcán
que hay en tu vientre,
que aunque me dijeras
¡Hoy no, detente!
yo se que no así.
Porque sobre tu piel,
el amor hecho raices
y hoy florece cual
jardín en primavera.
Es sobre tu piel,
que hoy navego,
cual barco de papel,
al ritmo que me
marca, tu marea.
Es sobre tu piel,
que me trepó
hasta el cielo,
para alcanzar ese
anhelo de tocar
la gloria.
Oxwell L’bu Copyright © 2017
