La naturaleza, como la vida, siempre nos sorprenden, con esa magia y encanto, que nos causa un sobresaltó...
A veces en pleno otoño, cuando los árboles apenas están mutando de color; cuando las ardillas buscan hasta la última semilla y una que otra flor sonríe en los jardines, suele nevar y se cubre todo de blanco; es como si el invierno quiso madrugar o no pudo esperar.
La alfombre multicolor de hojas, es reemplazada, por esa alfombra blanca que brilla, como si tuviera pequeños diamantes, cuando le pega el sol o el brillo de la luna. El frío no se hace esperar y los árboles empiezan a temblar al compás del viento.
Así suele suceder también en la vida, uno se cree en pleno otoño y un día de repente una tormenta invernal deja temblando el alma. Pero también suele suceder, que en pleno otoño, un día nos sorprende un destello de primavera y la vida se ilumina y se pinta de color y una bella flor, te sonríe en el jardín de tus otoños.
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