domingo, 13 de febrero de 2022

“Una carta de amor”

“Solo una carta de amor”
Viendo tu retrato, embelesado en tu recuerdo, escuchando una y otra vez esa melodía que te evoca y me provoca cruzar el túnel del tiempo he irte  a abrazar y en un beso fundirme contigo por la eternidad.

Sabes en mi afán de no delatarme, de no verme al descubierto, evadía tu mirada, pero era imposible esconderse de semejante sol, sol que iluminaba mis sentimientos más ocultos y los ponía al descubierto sin vergüenza alguna, de forma tan descarada, que no había artimaña o mascarada, con la que pudiera disimular el amor que sentía por ti.

No me preguntes, cómo y porque te estoy queriendo, no me preguntes cosas que no se explicar, no quieras saber lo que hasta hoy no consigo comprender.

Tú irrumpiste en mi vida, como irrumpe un día la primavera y se impone al invierno, llenándolo todo de vida y color; tu llegaste así sin avisar y de repente te metiste en mi mente y sin permiso te alojaste en mi corazón. 

Quizás lo que te expreso, carece de lógica, pero no de sentido, porque estás en cada latido de mi corazón. Quizás estoy siendo redundante, quizás no consigo coordinar lo que te deseo expresar.

Pero sabes me bastaba, solo tu mirada, para que mi corazón se desbordara de amor, un amor que hasta no conocía, porque no te conocía a ti... Pero aún sin conocerte, algo en mi te presentía y por eso al verte yo sabía, que eras tú a quien desde siempre esperé.

Y me preguntó cómo en medio de tanta incertidumbre, he llegado a la certeza, de que te he amado desde siempre, con la ilusión de aquel niño, con el ímpetu del adolescente, con el idealismo de la juventud y la entereza de la madurez.

No sé, si esto te parezca una declaración de amor o sólo sea una forma necia e insistente de llamar a las puertas de tu corazón; no sé si tú me esperabas cómo yo, no sé siquiera si hay alguien más, que te roba el sueño, que provoca tus suspiros y te hace desear con todo el alma vivir, lo que aún no has vivido.

Ah! Si pudiera ponerle palabras a lo que con cada latido, expresa el corazón, si pudiera trasladar mis sentimientos en versos que fueran sublime poesía, en la que la melodía, fuera el sonido de tu nombre.

Ojalá! Cuando leas esta carta, recuerdes qué hay alguien que te ama, de una forma tan honesta, que no le importa parecer un tonto o un necio que por amor todo lo apostó.
Oxwell L’bu copyrights 2022
#Cartasdeamor

 

“El amor en tiempos del FaceBook”


 “El amor en tiempos del Face Book”

Cupido en Facebook… Anda cómo forajido un fantasma que se viste de Cupido, para el que están fácil prometer Amor.


Amor que dura, mientras dura, dura...

Te dirá te quiero, mi amor sin ti me muero, pero para mañana lo olvidara.  

Anda como gata en celo, como lobo solitario, ataca a diario, pero en estos días su hambre es voraz… 


Tu cuídate de ese sentimiento de ocasión que te envolverá como canción, pero que eso no te ciegue para ver a quien te ofrece con sinceridad su amor o su amistad, pero no olvides que por sus frutos se conoce el árbol y que las carretas cuando van cargadas avanzan lentamente.


Porque en los tiempos del Face Book, el macho corteja a la hembra con los likes, para luego poderse aparear... No te dejes engañar, no te vayas a descuidar. Pero tampoco confundas un gesto de amabilidad o amistad, no te sientas elevada, no vaya a ser que despiertes orinada en la madrugada.


No des “tu amor al mejor postor” porque eso te hará quedarte en la orilla y recuerda que en el juego, pierde, quien se queda sin silla. 

Oxwell L’bu copyright2014

#Elamorentiemposdelfacebook

Arrebatado...

 Arrebatado por un letargo azul siento que la vida se me va tras de ti…Respirando tu aroma y siguiéndolo como sabueso, veo la luz de tu presencia y contemplo como se expande como un eclipse en el mar azul, mis dedos son como duendes bailando sobre las teclas de tu cuerpo y mis manos son como aves escuchando el concierto de tus suspiros y gemidos… Me deleito con el vino añejo de tus besos y esta vez estoy dispuesto a emborracharme, aun que después tenga que aguantar la resaca… En mi letargo azul, siento lo que no he sentido, muriendo me siento más vivo y a la vez esquivo a la muerte y como naufrago me aferro a la playa de tu cintura…. ¡Qué hermosura! Sentirse amado por una mujer, aquella en la que se resume, mi mañana, mi hoy y mi ayer. 

 Oxwell L’bu copyright2014

El hombre de sus sueños...

 El hombre de sus sueños le quitaba el sueño, le robaba los suspiros… Cuantos te amo le quiso decir, cuantos te quiero se tuvo que tragar… Ella lo sabía, ella lo sentía era el amor de su vida, ese que llega una sola vez, ese que se disfraza de fantasma, ese que supera la fantasía del príncipe azul… Ese amor que penetrar hasta las mas intimas fibras del ser, ese que con solo mirarla la hacía sentir mujer, ese amor que no admite sustitutos, ni se deja sobornar por los pretextos, porque su latido es para siempre. 

Oxwell L’bu copyright2014

“Cartas extraviadas”

***Cartas Extraviadas***
Sin saber porque…
Se enredo en aquella relación,
en la que no hubo la ilusión,
ni la chispa del primer amor,
ni su candor.

Su nuevo acompañante 
teniéndola tan cerca,
la sentía tan distante
y  empezó a percibir a un
fantasma que se interponía
entre los dos.

Ese brillo en sus ojos…
Esos recuerdos que abrigaba…
Esas lágrimas que a veces derramaba,
sabía que no eran por él,
y la rabia lo consumía.

Pero él en verdad la quería,
sabía que contra fantasma,
es tan difícil rivalizar…
Que decidió a aquel amor
exorcizar.

Una tarde descubrió que ella
a diario leía y leía aquellas
cartas perfumadas,
que aquel amor a diario
le escribió.

Cartas que fueron un caudal
de sentimientos…
Cartas donde el plasmaba
con versos ese amor que 
se la escurría de las manos.

No le bajaba la luna, ni las estrellas,
pero con sus palabras la hacia
volar con sus propias alas
y la dejaba soñando con los
ojos abiertos.

Ella nunca entendió, nunca acepto, 
que aquella historia tuviera
que terminar, porque el amor
no conoce el fin porque no 
está sujeto al tiempo.

Él le pidió que las quemara,
que las convirtiera en cenizas
y de esa forma serraría ese
capitulo y le pondría fin
a aquel sentimiento.

Pasaron los años…
Y aquel hombre la desposo,
ella se esforzó por amarlo,
pero solo consiguió quererlo,
como se quiere a un amigo.

El amor pasó a ser un mendigo,
el tiempo se transformo en testigo,
de un sentimiento que en silencio,
supo mantenerse…
Como tulipán debajo de la nieve.

Cuando el nido quedo vacio,
cuando la dama de negro le arrebato,
de un beso a su compañero
y el tiempo paso a ser hastió,
que carcome las ilusiones.

Con desesperación busco 
en su pasado “Algo” para
aferrarse a la vida…
Pues aun no era el tiempo
para darle despedida.

Sabía que los hijos no volverían,
que el reloj no da vueltas hacia atrás
y que el futuro es como una carretera
que ya no la llevara a ningún lugar,

Queriendo vaciar el equipaje,
para emprender el último trecho
del viaje…
Decidió subastar entre los que 
necesitan lo que tenía demás…

Poco a poco se fue despojando,
de todo aquello que solo estorbaba,
fue descubriendo que los objetos, 
no guardan sentimientos son solo 
un reflejo de lo que se guarda en el corazón.

Entre tantos objetos las vino a encontrar,
amarillentas por el tiempo…
Pero con la frescura de aquel sentimiento,
que nunca claudico y que el tiempo
solo añejo como al mejor de los vinos. 

Le parecía increíble como aquellas
mismas palabras que le hicieran estremecer,
la volvieron a ser vibrar como una mujer,
que conoció el amor y lo vio frente a frente
a los ojos…

Todos los días al caer la tarde…
Después de la rutina…
Buscaba con la misma ilusión,
sus cartas amarillas para volver
a vivir su primer amor. 

Un día el poeta volvió…
Era el mismo joven del que
perdidamente se enamoro
y con un beso sus ojos cerro
llevándosela a donde el amor,
no conoce el final.
Oxwell L’bu Copyright ©2011
#Elamor


 

“Crónicas del primer amor III”


 “Crónicas del Primer Amor”

(Tercera Parte)

Todos los días esperaba, verlo pasar a través de la ventana… Y a la misma hora de siempre un mariposeo revoloteaba en su vientre y se llenaba de una emoción a la cual no le encontraba explicación.  Sentía  como si una mano invisible le apretara el corazón, como si una luz le iluminara el rostro y sus ojos se llenaban de chispitas.


Sofía, escuchaba noche y día música romántica y se ponía a soñar despierta y hasta  veía a ese príncipe azul llegando  a su lado.  Le gustaba salir a conversar con las amigas, de cosas de chicas, la moda, los nuevos pases de baile y también el tema eterno…De los chicos que  cada día mostraban cambios en su apariencia, unos ganado estatura, poniéndose más feos o más guapos, su nuevo tono de voz, su porte y su forma de andar. 


Los muchachos por su parte, siempre en planes de conquista, salían todos los días a aplanar  las calles o a sostener el poste, con la ilusión de que hoy si, se les hiciera y alguna chica les diera conversación; envalentonados en grupo, pero como perro con la cola entre las patas, cuando ellas los mandaban a volar…


Los repasos y las kermeses eran las mejores ocasiones para mandar, de vacaciones a la timidez y de vez en vez más de una parejita empezaba a escribir su historia; pero a Luis Ángel encontrarse  a Sofía no se le hacía, porque usualmente para ir  ella no conseguía permiso de sus padres.  Y él con su timidez  pasaba desapercibido, aun que a más de una,  precisamente eso, le llamaba la atención, pero él ni se daba cuenta,


Todos los días el pasaba por su casa, esperando encontrársela “por casualidad”, sin percatarse , de que ella lo observaba desde su ventana, pero al verlo acercarse se escondía detrás de la cortina.  Ella suspirando por él y Luis Ángel  pensando que a ella  él no le importaba.  Aun así le escribía cartas que no le entregaba, le hacía tarjetitas de papel calco, donde le dibujaba flores resaltadas o dibujos con personajes de “Los Pitufos” o le hacía traducciones de las canciones  donde ponía su nombre, todo esto lo atesoraba en una caja de zapatos vacía que tenia debajo de la cama y para que nadie sospechara, la tenia forrada con recortes de revistas donde se veía a Pele, Maradona, Mario Kempes, Rivelino entre otros.


Llegaba el mes de mayo y las lluvias con él.  Se veía a los  patojos jugando entre los charcos, dejando ir en esas corrientes sus barquitos de papel, otros atrapando a los sompopos de mayo para luego ponerlos a hacer carreras y a los ronrones le amarraban un hilo a una de las patas y cual si fueran helicópteros los ponían a volar… Más para los muchachos era una celebración para los ojos, ya que cuando a las muchachas seles mojaba la blusa, aquella denotaba mejor sus formas y les hacia volar la imaginación. Aquella tarde lucia nublada, Luis Ángel regresaba de la escuela, cuando un grupo de muchachas un tanto mayores que él, le salieron al camino y sin más miramientos le dijeron: ¡Hay que manguito tan bonito! ¡Lástima que aun verdecito y yo sin sal! Y le siguieron  diciendo cosas para sonrojarlos, como pudo salió como arrastrándose de aquella situación. Salió corriendo hasta llegar a su casa, pero al llegar no había nadie y no pudo entrar, pues había olvidado la llave. Se quedo sentado en su portal esperando  a que regresara su mama.  Estando allí, vio que Sofía pasaba  acompañada de una amiga, el sin saber porque sus pasos se fueron tras ella.  Sigiloso como un gato, la siguió y al despedirse de la amiga la alcanzo.  Tomo valor y sin más preámbulos la abordo, sin tener una estrategia y sin saber que decir.  Ella sentía que se le salía el corazón de una emoción que no conseguía disimular  y sus chapitas se ponían rojas a cada rato, a él se le quebraba la voz, inventándose argumentos, sobre la marcha.  


Aquella tarde el destino se confabulo a su favor, pues al llegar a la casa de ella, tampoco había nadie y en eso empezó a lloviznar y luego a llover, ambos se acurrucaron en la pequeña sombra que había en las gradas  de la entrada a esperar, con tiempo para platicar de cualquier cosa y en un momento de magia, de encanto y de lluvia unieron sus labios, en un beso blanco, un beso de piquito, de esos que se quedan grabados para toda la vida…No hizo falta una declaración o una respuesta, porque el amor los desbordaba y superaba sus propias expectativas.  Luego se quedaron abrazados sin decirse nada, disfrutando el uno de otro y esa la lluvia que fue su cómplice. Al ver en la distancia a la mama, ambos instintivamente se soltaron y  al llegar la madre ambos de primas a primeras no supieron que decir, hasta que Sofía le dijo que él la había acompañado porque un perro la quiso  morder, la señora agradecida con el muchacho lo invito a entrar, pero el se reusó, aduciendo que lo esperaban en casa.

Ella se empinaba para besarlo, el con ella aprendió a besar y a partir de aquel día, su amor nació, su primer amor, ese  que deja  una huella en la vida, que las olas del tiempo, no consiguen borrar, ese amor del beso blanco, del beso dulce, de la manita sudada, ese de las palpitaciones como si fueran tambor, ese  que pone a volar mariposas en el vientre…

Oxwell L’bu copyrights 2011

#Cronicasdelprimeramor

“Crónicas del primer amor”


 “Crónicas del Primer Amor”

(Segunda Parte)

Ella se sonreía, pero cuando el muchacho se acercaba, hacia como que no lo vio… El decepcionado y un tanto sonrojado volvía a su trinchera, sin darse cuenta que ella suspirando se quedo…


Las muchachas se reunían a la hora del recreo a discutir sobre lo que acababan de ver en las revistas de moda; del galán de telenovela, los colores del verano, los bailes los peinados y todo eso que los varones no consiguen entender.  Mientras ellos observándolas, según ellos con disimulo, contemplando sus piernas cubiertas por las calcetas escolares que suelen estorbar.  Pero pocos se animaban a traspasar  esa barrera ilógica que entre géneros en la niñez se  marcar, pero cuando crecen las ansias se mueran por derrumbar.


Todos los días como si fueran pesadillas las colegialas solían pasar  despertando los instintos que los varones, que luego no consiguen doblegar.  Sigilosas y graciosas como mariposas en primavera, luciendo una diadema o un peinado diferente hacia lo que los varones son indiferentes, pues las hormonas sus sentidos suelen dominar.


Sofía con disimulo, lo solía mirar, entre todos los varones del barrio a ella le parecía un tipo especial.  No era su porte, ni su cara de niño,  ni esa mirada que bañaba  de cariño cuando sonreía, era esa planta de soñador gravitando en otro mundo.  Luis Ángel   era así, un muchacho como otro cualquiera que le gustaba dibujar, que llevando su radio a transistores se ponía a cantar, la música en ingles, aun que no la entendía, pero se inventaba traducciones y cuando nadie lo veía ase ponía a bailar “Shadow  Dancing” y otras más.  Pero era más bien tímido, su sueño  era ser jugador profesional de futbol, pero la verdad es que le faltaba esa habilidad natural que  en otros desborda, aun así salía por las tardes a chamusquear con los patojos de la cuadra. 


Luis Ángel tampoco se escapaba a esas emergencias de la edad, de esa sensación de soledad cuando veía a sus amigos empatados con las niñas que no hace mucho solían odiar. Se daba cuenta ya que muchas cosas que por las que ayer se moría, hoy ya no le solían importar.  Sofía era una chica encantadora, con una bella sonrisa, menudita y un toque mimoso al andar, pelo suelto, chapitas en las mejías y boca como si estuviera pintada, mas su color de fresa era natural. Atraía hacia a ella, las miradas de los muchachos, que como abejas al panal no paraban de piropearla cuando estaban en grupo, pero ella pasaba de largo, haciendo como que no existían, pero cuando notaba la presencia de Luis Ángel, se volteaba y sonreía.  Pero luego se recataba y seguía  su camino.  El la miraba y se decía, para sus adentros “Que hermosa chica” sin darse cuenta que la sonrisa era para él.


El seguía dibujando sus amores de papel, cantando y bailando cuando nadie lo veía sin sospechar que había varias chicas que lo querían apartar para ellas.  Era un tanto iluso y demasiado ilusionado y porque lo sabía trataba de ser recatado y no arriesgar el corazón persiguiendo una ilusión ante la que se pensaba con poca oportunidad. Por las noches se ponía a traducir las canciones en ingles y como lo hacía en forma literal, poco le decían, les cambiaba la letra y ponía en ellas las palabras que el diría si encontrara a la niña de sus sueños.


Mientras tanto a Sofía, le llovían los pretendientes, los cuales a regañadientes se disputaban quien sería el aventajado que sería el primero en cortejarla y conseguir que saliera con él a pasear.  Ella era amable pero a nadie se le hacía, sacarla a algún lugar, porque su corazón en otra dimensión empezaba a gravitar.

Oxwell L’bu copyrights 2011

#Cronicasdelprimeramor

“Crónicas del primer amor I”


 “Crónicas del Primer Amor”

(Primera parte)

Irreverentes y poco elocuentes los muchachos chuleaban a las patojas cuando pasaban por la esquina, envalentonados o precipitados por la presión del grupo, ya que nadie se quería quedar atrás o por lo menos aparentar que seguían al mismo paso de los demás, que eran testigos de sus metidas de pata tan recurrentes, que parecían dementes repitiendo lo mismo y esperando un resultados diferentes…

Por aquel tiempo los australianos dominaban el panorama musical de la música en ingles, con el éxito contundente de los Bee Gees, Andy Gibe,  Olivia Newton John entre otros y en español los temas de Manuel Alejandro en las voces de Raphael, Emanuel, Jeannette entre otros.  Los patojos creciendo con un tramo de retrasó en cuanto a la madures, comparado a las chicas que crecieron con ellos y eso les provocaba mejor poner los ojos en muchachos un poco mayores.  No cabe duda que la vida en aquellos días les mostraba la cara cruel, pues ellos queriendo y sin poder alcanzar ese bocado que les endulzara el paladar.  Iban a los repasos y se quedaban en la entrada, tratando de aprender cómo se lleva a una chica cuando se baila, viendo a la doncella de sus sueños, soñando en los brazos de otro, que los aventajaba en edad y estatura.


En aquellas ilusiones prematuras, el enamoramiento era una caricatura cuya impostura les dejaba un sabor a hiel… Por eso algunos mejor preferían fantasear en silencio o escaparse a soñar  con las colegialas que les eran esquivas.  Se preguntaban una y otra vez, ¿Que habría pasado con ellos? cambiar tanto y tan de repente en su forma de pensar y sentir.  ¿Cómo era posible que hoy querían estar? con las mismas que ayer hasta llegaron a odiar. Sería que el demonio se confabulo  con la vida para meterlos en ese infierno donde se tiene hambre, pero solo hay chicharrones y ellos sin dientes…

Pero la vida que siempre compensa un día los pone a crecer, pero se cobra con granos en la cara y una especie de gorgojo en la garganta…Y cabello donde ayer no había y sobre  todo esa dosis de libido que ni el bromuro de potasio era capaz de controlar.  Y  así como un rio desbocado  que poco a poco va encontrado su cauce cada uno iba buscaba la horma de su zapato, o como decían para una descocida siempre había un roto.


Pero también  habían aquellos ilusos soñadores que esperaban a la princesa de los cuentos de Adas, ese mujer ideal que alguien les planto en la mente de tanto oírlo y así cual si fueran penitentes siempre estaban esperando a ese ángel vestido de mujer que los pusiera a gravitar  entorno a ella, como si fuera su sol, como el ruiseñor que espera a que retoñe en el jardín la rosa, esa que atrae a las mariposas pero espera al ruiseñor… Y es que así de loco es el amor y más cuando es el primero  que se espera con toda la ilusión del mundo, en esa edad de la inocencia, cuando no se tiene conciencia de los momentos perdidos… Cuando  no hay pasado que recordar y el presente es un deseo recurrente para ser un poquito mayor y así poder gobernar la propia vida y esquivar las prohibiciones.


Que inútil es una experiencia no vivida, que falaz es un sentimiento cuando es fugitivo de sí mismo o cuando las razones se tiran a un abismo cuando no consiguen  llegar a acuerdos con el corazón, que se emborracha de obsesión ante una sonrisa, ante una mirada de una niña  ilusionada o que se siente enamorada de un príncipe que no encuentra el caballo blanco que le conduzca a su lado y solo ve a aquel muchacho de sentimientos alborotados, que no encaja con ese ideal de los cuentos de princesas que alguien le leyó noche tras noche antes de dormir.


Los patojos creciendo entre verdades falaces que se aceptan porque alguien mayor las dijo, jugando al acertijo y pelando los ojos como capulinas cuando les cae en las manos una revista con señoras que viven en tal lipidia que no alcanzan a comprarse ropa. 

Oxwell L’bu copyrights 2011

#Cronicasdelprimeramor