miércoles, 20 de febrero de 2019

Quiero decírtelo....

Mandaré al carajo a esta cobardia
y te diré lo que ayer no se atrevió
mi corazón...
Te diré que no me pidas, que te olvide
porque tú eres inolvidable,
que no me pidas tiempo,
porque ese siempre hace falta
y más aún cuando se profesa
un amor eterno...

Ya no estoy para tonterías...

-Yo ya no estoy para
tus cursilerías,
tus tonterías,
ni para tus escupidos
poemas de amor.

Y lo dejo allí con la
mano extendida,
con esa declaración
de amor fallida,
se fue sin voltearlo a ver,
porque si lo miraba,
sabía que nunca se iría.

***El color de un verso***

***La Voz De Un Verso***
Sentado en la mesa redonda,
donde no hay posición
de privilegio…
Donde no hay quien preside,
pues uno está allí para escuchar,
aun sin comprender.

Escuchar lo que solo algunos quieren
escuchar porque la arrogancia
les indica  a otros que ya lo escucharon…
Porque en este mundo es más
importante el que habla,
que el que escucha.

Y si nadie quiere escuchar,
¿Acaso habrá quien quiera
escuchar el silencio?
Ese silencio del que se nutre
el poeta…

Esos silencio que separan
las letras, las palabras…
Palabras que tiene doble filo
y que cuando penetran cortan
de tajo el pensamiento.

Para que aflore el sentimiento,
que va más allá de las palabras,
que las trasciende pero que aun así,
recurre a ellas para que lo expresen
de forma sublime.

¿Quién puede secuestrar las palabras?
Acaso existen recetas para escribir
un verso…
Acaso es un proceso mecánico
que se repite y se repite.

Para luego jugar al escondite,
con los buscan la inspiración…
Porque el verso más elocuente
es el más sencillo, ese que se
introduce como larva en el cerebro.

Porque no encuentra inspiración
el que la exige…
Si no el que con humildad la busca,
no para servirse de ella…
Si no para ser medio.

Un verso es…
Como el arco iris que se tiende
como puente en el horizonte,
es como un beso de una doncella
en la boca que te deja enamorado.

Y esto para que quede claro,
que quien escribe,
es solo un transcriptor,
que lee los labios del
verdadero autor.
Oxwell L’bu Copyright ©2012