Miraba su fotografía
y la acariciaba con la mirada
y ella no lo sabía,
pero su alma lo intuía.
Es que ella es el sueño
de todo hombre,
que suspira por encontrarse
cara a cara con el amor.
Su mirada es poesía
y sus suspiros una canción,
es ese ser que no solo despierta
incontenibles emociones,
sino también un profundo
sentimiento.
Dios sabe que no miento,
cuando le digo que la amo,
cuando aún sin palabras,
le expreso este sentir,
que hace a mi corazón latir.
Ella, es un epílogo del encanto
de una mujer, radiante de belleza,
sensual por naturaleza;
que cuando termina el día,
tenerla junto a mí es como
el agua que se espera,
luego de atravesar el desierto.
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