viernes, 17 de abril de 2020

Si alguna vez...

Si alguna vez ame,
si alguna vez,
todo, todotito  yo me entregue
y como un niño confíe,
fue por ti...

Si alguna vez, se me vió
haciendo tonterías,
fueron esas cosas mías,
pretendiendo llamar
tu atención, es que ya
te habías adueñado mi corazón,
solo tú no lo sabías...

Uno se cree...

Uno se cree, que ha escrito algo hermoso,
hasta que llega una mariposa
y extiende sus alas y muestra,
lo majestuoso de sus alas,
que pueden volar y tocar el cielo.

Suspiros...




***El amor en tiempos del coronavirus***

***El amor en tiempos del corona virus***
Apenas la conocía,
pero mi corazón insistía
y un día sin dudarlo,
la aborde, ella vestida
de blanco impecable
y yo de azul con celeste.

Ella, quizás sin saberlo
ya me había flechado,
aunque en el tren,
no conseguía sentarme
a su lado.

Ambos regresábamos
de trabajar, a la misma hora
con el reloj sincronizado;
yo me baja antes que ella,
pero con tal de verla
un poco más, daba la vuelta
en la ruta del tren.

Es que en verdad,
ella es preciosa
y saben una cosa,
por ella cualquier esfuerzo,
no es nada, con tal de verla
cunado anda apurada.

Hasta que un día,
el cielo se acordó de mí
y propició el pretexto,
para abordarla,
sin espantarla.

Oportunidad que pese
a mis torpezas no desaproveche,
porque el amor llega así,
solo una vez, poniendo
nuestro mundo al revés.

Fuimos amigos,
más que amigos, cómplices
y socios del mismo destino,
hasta que un día,
deje a un lado, mi cobardía
y la bese.

Desde ese día,
mi vida gira en torno a ella,
porque ella es la estrella,
al atardecer y mi sol
al amanecer.

Hasta que vino la pandemia
y ha nuestra relación,
le empezó a dar anemia;
no, no por falta de sentimientos,
sino por eso del distanciamiento
social, que llega a ser también emocional.

Ella cada día, está en el frente
de batalla, tratando de ganarle
batallas a la muerte;
yo la veo exhausta y cansada,
pero su espíritu es inquebrantable.

Mi admiración hacia ella,
ha aumentado y mi amor
más aún...
Pero mira que es difícil manejar
esta situación,
verla a la distancia,
sin poderla abraza
y menos besar,
porque de ese virus
desalmado,
no me quieres contagiar.

Yo sabré esperar,
por ahora la acariciaré
con la mirada y le haré
sentir qué hay alguien
que la está esperando,
sin importar hasta cuándo.
Oxwell L’bu copyrights 2010
#amorentiemposdelcoronavirus
#cuarentena
#coronavirus
#pamdemia

***El aroma del café I***

***El aroma del café I***
Sabrá usted, que cuando
el susodicho pone la
cabeza en la almohada,
se queda profundamente
dormido y al muy forajido
le cuesta madrugar.

Pero esa mañana
en plena cuarentena,
cuando no hay pena
de ir trabajar,
pues la preocupación,
son las cuentas por pagar,
que se empiezan a acumular.

Pero sentí ese aroma a café
y me levanté,
y quien me puede juzgar,
si el aroma del café por
la mañana, es como el
aroma de una mujer,
Irresistible!

Así que sonámbulo,
salí de la habitación,
con uno que otro tropezón;
Lo juró! Solo fui por un café,
pero la vi, ella estaba allí,
como un ángel matutino
y yo como felino,
queriendo sin querer,
sentirme cerca de ese
monumento de mujer.

Ella me miro y sonrió,
me ofreció café de su taza
y yo lo quería de sus labios;
ella pareció adivinar,
que con la mirada,
la empezaba a desnudar.

Sorbito a sorbito,
lo deguste, tenía el sabor,
de la dulzura de su boca,
que me provoca,
quererla besar.

Es que el aroma del café,
es intenso y penetrante,
como el aroma de una dama,
cuando vibra, cuando ama...
Que se vuelve casi un vició.

El café en la tasa se terminó
y fue la excusa perfecta,
para verla caminar en línea recta
y que se quedaran atrapados mis sentidos,
en los pliegues de su piel,
mientras me prepara otra tasa de café.
Oxwell L’bu copyrights 2020

***Un café con Eduardo Galeano***

***Un café con Eduardo Galeano***
No me gusta madrugar,
sería el frío el que me despertó,
pues en plena primavera
otra vez nevó...
Pienso en los tulipanes,
en el frío que sentirán
y lamento el no poder
compartir con ellos,
una taza de café y un pan.

Me levante de mañanita
y violando la cuarentena,
sin sentir vergüenza, ni pena,
me fui al café que queda justo
afuera de la habitación;
tenía ganas de conversar
y verá usted a quién
me vine a encontrar.

Allí como rey campante,
llevándose el mundo por delante,
estaba ese peculiar escritor,
tomando café con mi taza,
eso si sin probar el pan...
No me permitió cuestionar
su presencia y sin la menor
indulgencia, me dijo: sentate.

Aquella era una oportunidad
maravillosa, de platicar con alguien,
que lejos de contagiarme con el virus,
podía de forma invasiva contagiarme
con su visión e intelecto.

Quería preguntarle de todo,
pero el disipó mis ancias,
con una sola expresión:
servite tu café y busca
otra taza, porque tu taza
azul hoy es mía...
El café estaba listo
y su aroma era como el
de una mujer, irresistible.

Nos jodieron el mundo, me dijo
estos cabrones, no se conforman
con el dinero, ahora quieren
los espacios, de los que a su
parecer, ya estorban.
Y sabes qué hay que tener,
para enfrentar esta pandemia,
aparte de lo que pensar,
entusiasmo y porqué entusiasmo
le pregunté, porque quien tiene
entusiasmo, lleva adentro a los dioses
y esos no se dejan sobornar,
por el desaliento.

El café seguía humeando
y yo atentamente escuchando,
-Sabes que este mundo,
te puede perdonar, ser infiel,
ser un tipo de mierda y tantas
otras cosas, pero lo que no
te perdona es ser un perdedor...
Como si fracasar no fuera parte
de la lección y sabes porqué,
-No, no lo sé. -Porque el éxito
esta sobre valuado y muy por
encima de todas las virtudes
y claro el éxito según su torcido entender.

-Vos crees que este mundo es justo,
Y cómo va ha ser justo, no has leído
la historia, dos de los hombres más
justos, que han existido, Jesús de Nazaret
y Sócrates fueron condenados, por la justicia.

Porque este mundo está gobernado
por una dictadura financiera, que es
como una fiera, que devora a los más débiles
para perpetuar su existencia,
a esa nadie la eligió y sin embargo
es quien decide, el destino de las mayorías
mediante sus representantes a los que
llamamos, primeros ministros o presidentes.

Pero hay una dignidad, la dignidad
de la desobediencia, porque para derrotar
a ese Goliat, se precisa de cinco piedras,
la dignidad, la información fidedigna,
la solidaridad, el coraje y el amor.

Da un sorbo de café y mira
a travez de la ventana,
el gato nos observa desde un rincón;
-Sabes que a mí me gustan los mitos
y leyendas, porque los primeros,
perpetúan las memorias y las leyendas
les dan eternidad...
Y después de esta cuarentena,
cada estado tendrá su versión oficial,
pero abra otra que será contada,
en las redes sociales, en las esquinas
de los barrios, en los mercados,
en las calles, donde a veces
es desvalorizada, porque es inconveniente,
pero vivirá en el corazón y mente
de quienes realmente vivieron los
estragos de la pandemia.

Y vos que pensas, me pregunta,
-Yo creó, que nos han lanzado
cortinas de humo,
que nos han revuelto el agua,
para que no podamos ver,
qué hay en el fondo,
pero un día se verá...
Eso es verdad, me dice,
pero dentro de más tarden en verlo,
mas grande será el daño,
no olviden que en el antaño,
hubieron visionarios que vieron
de primero y por eso fueron
desterrados a la tierra del olvido.
Oxwell L’bu copyrights 2020
(Con frases y dichos de Eduardo Galeano)

La Luna celosa...

En esas noches de desvelo pensándote, sonándote, añorándote, la luna ha sido como una gata en celo que se mete por mi ventana y hurga en mi colchón buscando tu silueta, se ha apoderado de la almohada donde luego del amor, soñaste para apoderarse de tus sueños… No sé si estará celosa o al igual que yo te extrañara, porque desde que te fuiste el cielo a guardado sus estrellas.    
Oxwell L’bu Copyright ©2013