viernes, 17 de abril de 2020

***El aroma del café I***

***El aroma del café I***
Sabrá usted, que cuando
el susodicho pone la
cabeza en la almohada,
se queda profundamente
dormido y al muy forajido
le cuesta madrugar.

Pero esa mañana
en plena cuarentena,
cuando no hay pena
de ir trabajar,
pues la preocupación,
son las cuentas por pagar,
que se empiezan a acumular.

Pero sentí ese aroma a café
y me levanté,
y quien me puede juzgar,
si el aroma del café por
la mañana, es como el
aroma de una mujer,
Irresistible!

Así que sonámbulo,
salí de la habitación,
con uno que otro tropezón;
Lo juró! Solo fui por un café,
pero la vi, ella estaba allí,
como un ángel matutino
y yo como felino,
queriendo sin querer,
sentirme cerca de ese
monumento de mujer.

Ella me miro y sonrió,
me ofreció café de su taza
y yo lo quería de sus labios;
ella pareció adivinar,
que con la mirada,
la empezaba a desnudar.

Sorbito a sorbito,
lo deguste, tenía el sabor,
de la dulzura de su boca,
que me provoca,
quererla besar.

Es que el aroma del café,
es intenso y penetrante,
como el aroma de una dama,
cuando vibra, cuando ama...
Que se vuelve casi un vició.

El café en la tasa se terminó
y fue la excusa perfecta,
para verla caminar en línea recta
y que se quedaran atrapados mis sentidos,
en los pliegues de su piel,
mientras me prepara otra tasa de café.
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