Como te gustaba ver tu reflejo
en el matinal cristalino,
que capturaba por un momento
tu belleza y luego seguía de largo.
...
Tu pelo sedoso con aroma a hierba,
tus ojos con toda la luz de la eternidad
y tus manos traviesas chapoteando el agua.
La vida paso de largo como aquel manantial,
que por un momento refleja una imagen,
luego refleja otra que parece ser la misma,
pero no es la misma…
Hoy te veo aquí con unos años ganados,
pero bella como nunca…
Me dices que tu vida tomo un rumbo,
que aun que no fue el que soñaste,
ya es tarde para cambiar…
Si el reloj corriera hacia atrás…
Si se pudiera volverá comenzar…
Hoy tendría miles de razones para
celebrar y creo ninguna para
lamentar.
Me pregunto una y otra vez:
¿Cómo es que el destino nos quiso
separar? ¿Cómo es que la vida
se viene hoy a burlar?
¡Que lamentar de nada sirve!
Te escucho susurrar…
Y me pregunto una y otra vez,
porque jugamos al escondite,
sabiendo que la vida no se repite.
Hoy que te vuelvo a encontrar,
hoy que el destino cruzo nuestros
caminos… ¿Cómo me pides
volverlos a separar?
¡Hay que vida tan cruel!
Que me pide nuevamente sacrificar
aquello que ni tan siquiera me
permitió probar…
¡Hay mujer déjame verte hasta
envejecer! Permite acompañarte
silencioso y sigiloso como tu sombra.
Mira que tanto es mi dolor que las
migajas de tu amor serán mi sustento;
no creas que no sé lo que valgo
o que tanta es mi carencia que
ni siquiera me amo a mi mismo.
¡Mujer! No es así pues te amo en la
misma proporción que amo a mi corazón,
porque a mí me mueve más que una emoción,
me mueve la decisión de AMARTE.
Oxwell L’bu
Imagen: Internet
