sábado, 17 de febrero de 2024

Sed…

 Vertí mi alma en un poema, donde cada verso era un suspiró de mi corazón, evocándola, amándola, como solo sabe amar quien en cada detalle se suele entregar.

Mis versos fueron, como un manantial de agua mineral, porque quería saciar su sed… Sed de ser vista y reconocida, sed de ser aceptada y amada, sed de ser suficiente y sobre todo esa sed con la que nacemos y nos es perenne.

Pero no bebió de mis aguas, ni siquiera se enteró que todo aquello era para ella, porque lo que yo le ofrecía, no satisfacía ese otra sed, que nunca encuentra saciedad, pues en verdad siempre causa más sed.

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