martes, 30 de octubre de 2018

“Trivialidad es versadas”

“Trivialidades Versadas”
Desde ese rincón donde guardo el corazón, en versos diezmados por el tiempo y que a pesar de lo amarillento de sus hojas y tinta desteñida, aun conservan la frescura de un suspiro y el vértigo de un sentimiento, vertigo que nace a la luz de una sombra…

Son versos que han hecho llover sin convocar nubes grises y que viajan libremente sin seguir directrices; han sido antídoto contra la depresión y desde siempre se han resistido a la circuncisión…Por eso han convocado al necio, aquel al que todos consideraban equivocado hasta el día en que llego la luz y puso la verdad al descubierto; también han convocado al poeta olvidado, aquel del cual todos han tomado sin que nadie le rinde pleitesía, porque sus versos son tan comunes y sencillos, pasando a ser propiedad de los heraldos populares,  que por eso nunca merecieron altares.

Han sido versos que han atravesado tormentas y soportado tempestades, letras diáfanas y profanas que renunciaron a ser hermanas de las que se sienten puritanas; frase triviales y sencillas sin humor de armar rencillas, ni polémicas astrales.  Son letras que no buscan usurpar, ni maltratar el buen nombre de poetas y cantores que recitan con el corazón sus amores y desamores en el silencio.   Son versos recurrentes y sin la belleza de un soneto, que no buscan sobarle la espalda a quien los condena o quiere pasar sobre ellos la tijera de la censura  y de esa forma eliminar la hermosura de su honestidad, pues de lo contrario tendrían que purgar esa condena eterna, que purga el que siempre quiere quedar bien…

No se someten al tiempo, porque el tiempo es el verdugo, que impone el yugo de los horarios, pues quien escribe, escribe a diario, aun cuando va al sanitario. Porque igual escribe una copla mientras contempla extasiado un cielo tapizado de estrellas y coronado de luna, que viendo ir y venir a la espuma del mar. Consciente de que cuando escribe, solo transcribe, pues la autoría es del Señor, el que inspira por medio de su creación. Ya que a él solo le correspondido ser, un paridor de ideas, un soñador aterrizado al que las burlas del destino, no han domado, porque desde su nacimiento fue desahuciado de la vergüenza y sin reacción ante el soborno del que dirán.  No precisa de de pastillas para dormir, pues con ellas solo es posible dormir, sin descansar y mucho menos soñar…Ya que este susodicho sueña hasta con los ojos abiertos; esperando no ser piedra de tropiezo para el que generosamente invierte ese trozo de su vida para leer mis líneas.
No sé cuantas veces he sido víctima de mi caligrafía, tratando de avanzar entre tantos tropiezos con mi ortografía, cuando trato de descifrar los garabatos de mis letras que parecen como alambres electrocutados, que han sido plasmados en servilletas, pedazos de cartón  o libretas en las que se ha orinado, el duende del tiempo. He tenido que recurrir a palabras inventadas, que no son fieles al original, con tal de evitar las escaramuzas que presupone enfrentar a las musas.

Sin ser escritor de profesión, espero no enturbiar esa digna profesión, cuyo producto ha sido alimento para mi intelecto, que ha provocado espasmos a mi alma.  Pues con versos he desnudado a la mujer más bella sin quitarle la ropa, he hecho el amor con una doncella y sin tocarla, me he trepado hasta el cielo sin despegar los pies del suelo. Quizás quien lee no sea consciente que cada suspiro, cada latido, cada emoción que provoca un verso, es alimento para esas musas, que de vez en vez dejan de ser esquivas y vienen a asistir a este loco soñador  y le hacen intuir lo que cada vez que cae la tarde se pone a escribir.
 Oxwell L’bu Copyright © 2011

sábado, 20 de octubre de 2018

Tú eres...

Tú eres ese verso que no sé rimar,
con otro verbo que no sea amar...
Tú eres esa historia sin editar,
ese destino del que no se escapar;
porque mi mundo gira en torno a ti,
es que te amo desde que te vi,
pregúntaselo a mi almohada,
que de los besos que no te
he dado esta bordada...
Pregúntaselo a mis noches
de desvelo, noches en el que
mi mayor anhelo es
que tú estés aquí.
Oxwell L ‘bu copyrights 2018