Ella tenía fiesta en el corazón,
si escuchaba una canción se ponía a cantar,
si era movida me invitaba a bailar...A ella no le importaba a donde yo la llevaba, pues decía que lo más importante era la compañía...
Con ella, no habían tardes de domingo aburridas, porque a ella siempre algo se le ocurría, si, era impredecible, diría, deliciosamente impredecible.
Si no había dinero, ella no lo sufría, me invitaba a caminar bajo la lluvia, a soñar bajo el cielo estrellado o a enamorarnos más bajo la luna.
Ella siempre sabía que hacer, no para entretener, sino para ponerle a los momentos más sencillos de la vida esa magia, la magia de su presencia.
Eso no querida decir que alguna vez no estuviera, triste, cansada, desanimada e incluso enferma; pero si había que llorar lloraba a moco tendido, si estaba triste leía, si estaba cansada se tiraba sobre la hierba y soñaba con los ojos abiertos y aún enferma rezaba y daba gracias por los días con salud.
Quien como ella, que me inspiraba para ser una mejor versión que ayer, que con sus palabras y frases movía mi pluma para escribir poesía y sus suspiros, eran mi mayor inspiración.
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#Cosassencillas
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