Se ha escrito tanta poesía evocándote,
han trinado tantas voces cantándote,
que hasta el mismo Dios cuando quiso
hablarnos de su Amor lo hizo comparándose
...con la ternura y nobleza de una Madre.
Que pienso para mí: Que puedo yo decir,
que pueden mis palabras agregar a ese ser,
que a manos llenas ha venido con su amor
a mi vida a enternecer.
Te veo y tus ojos hablan sin palabras,
guardando lagrimas que no dejaste derramar
para no venirnos a nosotros a preocupar….
Desdibujaste tu figura, renunciaste a tu cintura
por la alegría de arrullar una criatura…
Ofrendaste tu juventud te llenaste de virtud
para guiarme por la justa senda.
Si caí no me criticabas, eras la primera que
corría a socorrerme…
No sé cuantas veces te quitaste el bocado
de la boca porque los manjares que cocinabas
en la mesa no alcanzaban…
O las veces que te escuche llegar de madruga
a mi habitación y me echaste otra manta,
¡Hay! Si un bebe pudiera mantener vivas las
memorias de los primeros años cuando mis
manos eran tus manos, cuando mis pies
eran tus pies…
A veces he sentido un inmenso miedo que no
se explicar….Es un temor que hiela mi ser,
cuando pienso que algún día te puedo perder,
pero aun sabiéndolo soy un estúpido pues
raras veces eres mi prioridad más importante.
Mas hoy que te tengo aquí yo que siempre te vi
como la dama más guapa y hermosa,
bella y sigilosa como mariposa el primer
amor de mi jardín…
Ya que desde niño yo viva de ti enamorado
Y no me importaba quedar con un ojo morado,
si alguien osaba ofenderte.
Hoy te quiero decir lo que desde bebe en balbuceos
te decía y que tu siempre pareciste entender…
Pues tu sabes que el hombre en su corazón
siempre ama a una mujer pero como ese amor,
con que se ama a una madre…
Como ese amor, ninguna lo puede pretender.
Oxwell L’bu
Imagen: Internet
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