martes, 25 de enero de 2011

***Cajita de Musica III***

***Cajita de Música***


(Tercer Movimiento)

Comprendiendo que el camino
recorrido no ha sido más que el
atajo que el destino quiso,
para ponerte frente a mí…

Voy camino a tu casa ensayando
palabras y gesticulaciones,
como un niño temblando pero
a la vez lleno de ilusiones.

Estoy por tocar el timbre y antes
de hacerlo tú madre abre la puerta,
tú en un rincón como niña castigada.

Desde la cocina una voz ronca
pregunta por mi padre…
Yo contesto: Vengo solo…

Todo queda en un silencio que mata,
hasta que reaparece tu padre…
Yo me pongo de pie y extiendo mi mano,
luego la guardo en mi bolsillo.

El pregunta por mi apellido,
yo, ya me siento como un lobo herido,
pero estoy dispuesto a continuar.

Para aliviarla la tensión…
Tu madre se para por unos refrescos,
el me vuelve a preguntar por mi padre,
yo le digo que es imposible que me
acompañará porque nunca lo conocí.

El frunce el seño y sin más miramientos,
rompe los esquemas y me pregunta
a quema ropa, ¿Qué, que cosa buena?
A su hija le puedo ofrecer…

Como quien ha caído de sus muletas,
balbuceando trato de responder…
Y en un arranque de valentía tu le
dices: -Nos queremos papa.

Con la mirada caya tu boca,
yo aun sin reponerme del primer raund,
Le digo: Soy un hombre de bien, con
buenas intenciones…

De un golpe de palabra manda a mis
buenas intenciones de vacaciones…
Y mirándome fijamente me dice:
¡Patojo! Usted vive alucinando
y ya contagió a mi hija pero conmigo
no se va a poder…

Llega tu madre como réferi que detiene la pelea
justo cuando está a punto de noquearme,
tomo el refresco mas para ganar tiempo
y ordenar mis pensamientos…

Pero el no anda con esos miramientos
y segundos después lanza un gancho
al hígado y con la autoridad de quien ya
vivió, mas afirmando que preguntando,
lanza sus palabras al viento…

-¡Y qué carajos pueden ofrecer un
simple bachiller!
Tratando de quitarme ese golpe que dolió,
replico –Yo estoy en la universidad.

Pero eso apenas me da un respiro…
-Pues cuando termine sus estudios,
venga a platicar conmigo, que la vida
es muy larga y todo puede esperar.

Tú me miras y en total complicidad,
me permites acertar mi último golpe…
-Pues eso con todo el respeto que me
merece, no se va a poder…

Tu madre lanza un suspiro que más bien
parece un grito de auxilio…
El se planta como buen titán y me dice:
-Pues en esta casa yo, tengo la última
palabra…

Y antes que lance otro golpe a mi esquema,
rompo el protocolo y le digo:
-Pues con su consentimiento o sin él,
una criatura en su vientre ahora es el timonel.


Oxwell L'bu
Foto: Internet

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