sábado, 21 de agosto de 2021

***Palomita mensajera***

***Palomita Mensajera***
Con rituales taciturnos,
en la fluidez natural del corazón,
que lleva sangre cargada de amor,
hasta el último rincón del cuerpo.

Que se quedaba temblando al tan
solo recordar el rose de sus dedos,
en aquéllos encuentros furtivos,
de aquéllos fugitivos…

En esas urgencias del corazón,
en las que nunca falta un sentimiento,
que atormenta sin poder encontrar
sosiego en este mundo.


Por lo que decidió sobornar  a una 
palomita mensajera, para que
por caridad le llevara los mensajes
urgentes, pero sin que los leyera,
para que nadie se enterara.

Pero aquel silencio no era gratuito,
porque la sobornaba con caramelos,
envueltos en papel celofán de  colores,
que eran el preludio de aquellos amores.

Todos los días la esperaba en la esquina
de siempre….
Y la palomita al ver el botín pelaba sus
ojitos de carambola y se le dibujaba
una sonrisa glotona.

Juntando sus dos manitas recibía aquel  
tesoro que terminaba cavando agujeros,
en su muelas y presurosa guardaba,
las cartas perfumadas en sus espuelas.

Entraba con sutileza y de puntitas a la casa,
para que nadie advirtiera su presencia,
pero el aroma de las cartas la delataba
y el perfume iba dejando un rastro,
hasta la habitación de la hermana mayor.

Los padres alcanzaban a sentir el aroma,
todos los días a la hora de siempre,
pero la mama aseguraba que eran los 
almendros del jardín.

Cómplices y hermanas…
Una devoraba sus dulces,
mientras la otra suspiraba
y la más pequeña pensaba:
¡Quizás a ella le da chocolates!

Para el todo aquel protocolo,
no era mas que el preámbulo
de sus penitencias que bien
valían aquellos encuentros furtivos.

Donde el amor se les escurría por las manos,
donde cada beso era un cupón para entrar
al paraíso y donde las dulzura les surgía
en cada caricia, en ese juego de paro 
o prosigo, por no atreverse a llegar,
a esas partes que ansiaban tocar.
Oxwell L’bu Copyright © 2011


 

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