A mis amigos de hoy, de ayer, de mañana y de siempre, quiero darles gracias por el regalo de su presencia en mi vida, cada uno ha sido de bendición, porque la alegría compartida se extiende como llama que ilumina y la tristeza se mitiga… Gracias por enriquecer mi existencia con su presencia, por sus palabras de aliento, por su mano que acompaña y por todas esas cosas que yo nunca podré pagar. No sé si yo he sido tan buen amigo como cada uno de ustedes lo ha sido, es mas no sé si merezco el honor de que ustedes me consideren uno de ellos. En lo profundo de mi alma, allí donde los recuerdos se anidan, donde el tiempo no reina y no existe el mañana, ni el fututo solo un hoy de gratitud por todo lo compartido. Dios los bendiga amigos.
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