En mi jardín había una flor, una bella flor, que nunca quise cortar, porque cada amanecer la quería contemplar.. La vi surgir como un tímido botón que apenas mostraba su color y se perdía, entre la vegetación. Pero poco a poco me fue mostrado su candor y con su aroma fue despertando el amor
Así son las doncellas, flores bellas, que muchos sólo quieren cortar, porque las quieren tan solo para un momento, un momento efímero que tiene una belleza que no volverá, un momento que marca la vida...Pero otros en cambio las acarician con la mirada y las besan con la brisa de sus palabras, palabras que a veces se transforma en poesía y en sus oídos son sublime melodía que las eleva a la gloria.
Cuando esa bella flor muestra todo su explendor, es fácil "enamorarse" es natural sentirce atraído por su belleza, pero e allí la torpeza, porque si se corta la flor perderá su raíz y con la raíz el fundamento de su vida.
Cuando la belleza exterior de esas flores se va marchitando, poco a poco van mostrando, la verdadera belleza de su naturaleza y quien ha tenido la bendición de verla en su explendor, debería de ser capaz de ir descubriendo lo que de esa bella dama va surgiendo.
Oues si esa flor te ha regalado sus primicias y esas caricias que te llevaron a comprender, el porque se aferra el hombre a la vida, si junto a ella has vivido hermosos abriles y te has extasiado en sus primaveras y has visto en su vientre florecer tu semilla, porque no poder ver su belleza en tus retoñosñ y darte cuenta que es una belleza perenne..
Ahora parece marchitarse, pero realmente se esta transformando en algo mucho más bello, lo cual conservará más allá de esta vida, sólo vasta con contemplar la belleza de sus ojos y la luz de su mirada, para derse cuenta que sigue siendo aquella niña enamorada.
Ver como se va marchitando una flor, no es ver su ocaso,es contemplar su plenitud y descubrir la belleza de su esencia y darse cuenta que en su raíz conserva ese candor...Es redescubrir la belleza de la flor y extasiarse con su aroma, es redescubrri el amor, ese que tiene el ingrediente de esa pasión, la pasión por la vida, es sentirse estremecer con las caricias de una mujer que quizás te cerrará los ojos, cuando des tu ultimo suspiro en esta vida.
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