domingo, 27 de noviembre de 2011

***Un Brindis Por El Amor***

***Un Brindis Por El Amor***
Aquel hombre alzo la copa de la vida,
para brindar por ese sentimiento,
Que es más que sentimiento al que
las definiciones nunca logran contener.

Por ese verbo que mueve al mundo,
por esos recuerdos que han hecho
el suelo de la existencia más fecundo…

Recuerdos inefables de momentos
que gravitan en la mente y rebotan
en el corazón como burbujas de champan…

Entonces vinieron a él como ángeles
sin alas los recuerdos de aquellos amores
que aun habiendo quedado en el pasado
el nunca olvido.

Como quien acaba de volver del paraíso,
se abrió paso y sin pedir permiso,
la voz y la copa nuevamente alzo.

Y dijo: Hoy solo puedo dar gracias al cielo,
por esos ángeles que se cruzaron en mi camino
y me enseñaron lo que es el amor.

Brindo por la de la manita sudada y besitos
de pececito que le enseño a aquel niño,
lo que es vivir de una ilusión…

Por la colegiala que alboroto mis sentidos,
al verla andar y que en medio de sus locuras
me enseño el camino de la felicidad.

Hiso una pausa, suspiro luego agrego…
Por la de los besos tormentosos
y abrazos de oso que me beso como
nadie me había besado jamás.

Volvió a hacer una pausa y entre
sollozos y lágrimas,
viendo hacia el cielo agrego…

Brindo por la de la manita sudada y besitos
de pececito que le enseño a aquel niño,
lo que es vivir de una ilusión…

Por la colegiala que alboroto mis sentidos,
al verla andar y que en medio de sus locuras
me enseño el camino de la felicidad.

Hiso una pausa, suspiro luego agrego…
Por la de los besos tormentosos
y abrazos de oso que me beso como
nadie me había besado jamás.

Volvió a hacer una pausa y entre
sollozos y lágrimas,
viendo hacia el cielo agrego…

Brindo por la que me enseño a amar,
que fue causa de mi más grande alegría,
pero también de mi más profunda tristeza

Esa que abrió las puertas del paraíso
y con sus besos y caricias elevo mis
pies del piso…

Por aquella que recibió en su vientre mi semilla
y con entrega y dedicación la vio crecer
y un día la puso como la más hermosa flor
entre mis brazos…

También por aquella por la que tanto me ilusioné
pero nunca fue…
Porque por ella derrame las lágrimas más puras
que un hombre puede derramar por una mujer.

Brindo por cada una de ellas y elevo una oración
para que Dios las bendiga por haber dejado en mí
algo de su escancia.

No se crean que he sido mujeriego o coleccionista
es simple y sencillamente que el amor en mi vida
tiene nombre de mujer.
Oxwell L’bu Copyright © 2011
Imagen: Internet
 

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