lunes, 14 de noviembre de 2011

***A Capela***

***A Capela***
Nada tiene tanto poder
para emocionar al corazón,
como una canción…

Porque tiene esa magia
de correr por la sangre,
produciendo burbujitas,
que como la cavitación,
crean una cadena de reacción.

Porque al escuchar la voz
de un ángel, en una magistral
interpretación no tiene comparación.

Cuando con franca emoción las
cuerdas de su garganta vibran,
al interpretar la inspiración
dada por el creador a un autor.

Es por eso que acompañado
o en la desnudes de a capela,
esa es la misma canción
que hace llorar a mi doncella
y la que hace derramar lagrimas
a mi abuela.

Porque es así la magia y el sentimiento,
que tiene una canción,
que hace estremecer el alma
y el corazón,
trayendo colores y sabores,
aromas y recuerdos para preparar
ese coctel que embriaga el alma.

Trayendo el fuego del verano,
la renovación de la primavera,
la cadencia y paz de los otoños,
así como la melodía que lleva
el viento en los inviernos.

¿Qué poder tiene una canción?
¿Qué encanto celestial guarda
la música? Que hasta el mismo
creador tiene su legión de ángeles
cantores.

Que cuando cantan provocan
suspiros de luz a las estrellas,
y dibujan arco iris de colores
cuando el cielo emocionado
llora.

Como es posible que escuchando
serenata a la luna se le olvida
que amanece, hasta que la
eclipsa el sol.

Pues que es un jardín sin sus
pájaros cantores…
Que es una noche tapizada
de estrellas sin los violines
de los grillos…

Es con justa razón, que cuando
se escucha una canción;
hasta el alma se enamora
y la doncella se dispone a ofrendar
su primavera en la hoguera del amor.

Solo la música es capaz de traernos
la voz del creador…
Solo la música escapas de ir más
allá de la lengua que se hable.

¿Quién no ha llorado escuchando
una canción?
¿Quién no ha guardado, cual si fueran
gotitas de felicidad, sus momentos
felices en la partitura de una canción?

¿Quién no ha desojado, su propia historia
cual si fuera una margarita?
Escuchando una canción.

Porque una canción es el beso de Dios…
La melodía sus suspiros…
Y la armonía sus caricias.

Por eso hoy a capela,
sin voz angelical, ni la briza
que acaricia del violín…
Hoy sin la tersura de un piano,
ni el vibrar de cuerdas de guitarra,
te digo desde lo más profundo
de mi corazón que te Amo.
Oxwell L’bu Copyright © 2011
Imagen: Internet

 

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