Sin comprendiéramos que el amor no se acaba, somos nosotros los que apagamos la llama, que un día la esperanza y la ilusión prendió…
Porque el amor va más allá del enamoramiento y trasciende ese momento, que llamamos “hacer el amor” El amor llega para quedarse e instalarse para siempre en el corazón, porque aunque uno lo niegue, aunque pase el tiempo y las acciones u omisiones del otro, la llama haya apagado, el sigue allí… Es como una luz perpetua que aunque nadie ve, cuando el alma enfrenta la noche obscura, vuelve a brillar.
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