domingo, 30 de agosto de 2020

Despeinado

Despeinados los cabellos,

con el alma alborotada,

la iba a buscar, corría a su encuentro 

con una alegría que no sabía explicar;

la juventud casi lo había abandonado,

pero no así la demencia de la adolescencia 

y menos ese ímpetu de amar.


Porque el amor desconoce al tiempo,

no se rige por el, porque si Dios es amor,

el amor es atemporal, porque para Dios

el tiempo es un concepto inexistente.

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