martes, 3 de marzo de 2020

El tulipán que quiso ser estrella

El tulipán que quiso ser estrella

El invierno se eternizaba y aquel tulipán, en su trinchera temblaba, los días eran cortos, cortos y las noches largas, largas, el viejo del invierno, mojaba sus barbas. Hasta que un día, sutil y decididamente la primavera irrumpió, como irrumpe la luna en las noches.

Los tulipanes cuál tropas escondidas en sus trincheras, empezaron a asomar sus cabezas verdes, verdes como soldados rasos, sin insignias, ni estrellas. Hasta que al calor de las batallas de la vida, los tulipanes deciden salir plenamente de la tierra y cuál cadetes entre filas se colocan sus birretes y bonetes, así como sus mejores galas, para ir gallardos al desfile.

Pero uno de ellos, estiraba el pescuezo, no porque quisiera ser más alto, sino porque se había enamorado de la luna y su amor crecía como espuma. La miraba tan lejana, tan lejana, que la sentía tan inalcanzable y pensó que lo mejor que podía hacer, para acercarse a ella, era transformarse en una estrella.

Por lo que tomó su bonete, lo moldeó como  barrilete, sus compañeros, pensaron an arrojarlo en un retrete, pero al verlo tan enamorado, decidieron hacerse cómplices de aquel amor, que parece palidecer cuando llega el verano y parecía ausente en el otoño y que se enfriaba en el invierno, pero la tierra con su amor materno, sigue abrigando a aquel tulipán que cada primavera, quiere ser estrella.
Oxwell L’bu copyrights 2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario