miércoles, 3 de abril de 2019

Sobre el amor...

Como satélites, todo gira entorno al amor,incluso el odio que busca hacerle sombra y acaba eclipsado. Porque es el amor,el que une los átomos, las moléculas que forman el universo.

Mucho del antagonismo y hostilidad en este mundo, se debe a esa hambre y carencia de afecto sincero, porque el hombre puede tener todo, pero todo se le hace nada, si no hay con quién compartirlo. Ya puede un hombre gozar de fama y popularidad que alimentan su ego, pero al caer la noche, es esa fría soledad (soledad aún acompañada) la que invade su alma y siente ese vacío existencial, que es como un cancer, que va carcomiendo los deseos de vivir.

Ya puede el hombre experimentar, los placeres más exquisitos y las mieles más dulces, pero al final sino tiene amor, aquello lo sentirá vacío y le quedará  amarga la boca.

Porque todo gira en torno al amor, esté es como el sol de nuestro sistema de creencias y costumbres, sin el, todo pierde sentido y queda en sombras y el hombre va por la vida, como un borracho tropezando con todo, peleando con todo y con todos.

Es el amor, quien convoca a las fiestas del corazón, fiesta donde el corazón se embriaga de felicidad y tiene esacerteza de la trascendencia.Porque el amor infunde coraje frente a las pruebas y transforma los fracasos en lecciones y hace con los tropezones, peldaños para subir y tocar el infinito.

Pues en las últimas latitudes del ser, la más sublime aspiración del alma, es amar como nunca,pues al amar, se potencializa la existencia. Ya qué hay en el amor sabiduría, aunque a alguien le pueda parecer estupides, en el amor nunca se pierde, porque quien ama ha experimentado la experiencia más sublime de la vida.

El amor es como, una llama ardiendo en el interior, es un fuego, que si no se propaga, se apaga; pues no basta amarse a sí mismo, pues el amor empuja a amar y es energía vital que sostiene la vida.

El amor provoca una sed, que nunca nos deja en paz y sin embargo nos da la paz... Es un vino que sacia la sed y a la vez causa una sed insaciable, pues el amor gravita en el infinito y lo nuestro es la finites.

Son muchos los que buscan escuchar la voz de Dios, verle frente a frente, pero sin amor, es imposible tan siquiera ver su sombra, porque El es amor y eso todos lo sabemos y sin embargo nos hacemos un dios, a nuestro sabor y antojo, un dios que responde y corresponde a nuestros deseos narcisos, a nuestra hambre de gloria.

Sin amor la vida es como una estrella muerta, en la qué hay ausencia de luz, porque se ha perdido la fuente de esa luz. Aún el tiempo, este que no perdona, que se transforma en verdugo, de la belleza, los sueños y que tiene la capacidad de tapar todo con el manto del olvido, esté ante el amor se doblega, porque si bien nuestra vida frente a la eternidad, no es más que un suspiró, cuando es un suspiró de amor, ese suspiró trasciende y llega al Creador.
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