miércoles, 6 de febrero de 2019

***El tono de su voz***

***El tono de su voz***
Cada tarde ella lo esperaba,
contando los minutos,
con el alma alborotada
y su alma de niña,
profundamente enamorada.

Porque cada encuentro
era escribir algo así como
un hermoso cuento,
donde florecía su amor;
pues si estaba junto a él,
la vida cobraba un nuevo
resplandor.

Pero si se retrasaba
y peor aún sino llegaba,
la niña se desesperaba,
pues el nunca se atrasaba,
y sin exagerar lloraba,
porque aunque su vida
apenas comenzaba,
para su amor cada minuto
contaba.

Miraba el reloj, se asomaba
a su ventana, para ver si él
se asomaba en la calle amores,
allí donde las flores,
estaban en plena primavera.

Pasaban 10, 20, 30 minutos
y ella no lo dudaba,
salía con el cambio en la mano,
hacia aquel teléfono público,
que casi siempre estaba ocupado.

Se desesperaba esperando
poder hacer esa llamada,
se enfadaba si no le contestaba,
cambiaba el tono de su voz
es que la chica estaba enamorada
y solo aquellos encuentros de novios
de manita sudada y besitos de pescadito,
le daban paz a su alma y provocaban
ese brillo de su mirada.

Ella que para ese encuentro
se preparaba, se ponía ese perfume
dulce y seductor,
le brotaba esa sonrisa,
mientras se bañaba a toda prisa
y se pintaba los labios de amor.

Pero como suele pasar,
a veces esos encuentros,
se suelen postergar,
por cosas del destino
o esa rutina de la vida;
pero cuando se daba ese
reencuentro, sus corazones
latían de contentos
y celebraban su amor.
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