Aquel atardecer entro
sin previa invitación,
una dulce tentación,
con nombre de mujer.
...
El la quiso ver como
a cualquier otra mujer,
pero el corazón no quiso,
tenía alborotadas las hormonas.
Se le fue la razón al piso,
se le subió la testosterona
a todo su ser…
Haciéndolo estremecer.
Se perdió en sus ojos bonitos,
se encontró en su escote bondadoso,
que denotaba aquellos frutos
frondosos…
Ella lo noto, el disimulo,
pero el flechazo le dio,
justo en el momento en
que ella le sonrió.
Su conciencia le reclamo,
mas la pasión la ignoro…
Porque en un momento
desperto el adolecente.
Como un demente
en un segundo todo lo olvido;
sin miramientos a aquella
ilusión se entrego.
Hoy no sabe qué hacer,
anda como un loco por
esa mujer…
Pero el sentimiento
a su mujer no lo consigue olvidar.
Oxwell L’bu Copyright © 2011
Imagen: Internet
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