miércoles, 3 de agosto de 2011

***Felicidad Ajena***

***Felicidad Ajena***
Se le cayó la luna al piso
como si fuera un espejo,
la ve despedazada a sus pies…
Sintiendo que aquello no es más
...que el reflejo de su alma.

En el espanto de la tercera vigilia,
ardiendo y sediento en la cama,
con un desmesurado deseo
que le calcina hasta el alma.

Sus madrugadas lúgubres,
solitarias eran como ataques
de malaria…
Donde conservando intacta
esa pasión del corazón la cual
es causante de esa obsesión.

Ensimismado y enamorado como
quien está a punto de sucumbir,
como quien no se quiere morir,
porque a conocido ese paraíso
de mujer que hace que el hombre
se aferre a la vida.

Con estoicismo nadando entre
el cinismo de quien no comprende
que es amar…
Que no se resume en deseo
o un momento de satisfacción.

Porque cuando se hace el amor,
con amor hasta la tierra tiembla,
al punto que los rosales florecen,
los grillos cantan y los delfines,
parecen como si quisieran salirse
del mar.

Pero de todo aquel paraíso,
solo quedan soledades,
soledades que son como leños
que no arden en medio de esa nevada,
que le hiela hasta los huesos.

Ella nunca dijo adiós, no hubo despedida,
fue un hasta pronto con un beso convencional,
pero ella sabía que no volvería,
porque la ilusión de un nuevo amor,
se había posado en su corazón,
aun que sabía que aquello en el,
causaría una gran decepción.

Como explicarle aquella felicidad,
que llego de repente…
Como explicarle que le basto
verlo solo una vez para entregarle
la vida.

Hoy la soledad se sienta junto a él,
esperando a que vuelva,
pero ella no volverá porque
ha encontrado la felicidad,
Oxwell L’bu Copyright © 2011

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