viernes, 27 de mayo de 2011

***¿Que hago Yo…?***

***¿Que hago Yo…?***
Cae la tarde y una especie de neblina azul
envuelve mi horizonte y nuevamente empiezo
a navegar entre frases y murmullos que me
vienen a embriagar…
...
Si ya tantos le han escrito al amor y al desamor,
si ya tantos han lanzado sus coplas al viento
¿Qué mas tengo yo que decir?

A caso ¿Algún poeta a podido al mundo cambiar?
A caso ¿Los versos pueden calar allí donde una
costra como cemento se ha venido posar?

Quizás las respuestas sean obvias y yo no hago
mas que redundar… Pero que puedo hacer
si cada atardecer las frases me son recurrentes,
llegan a la mente y cual si fuera un resbaladero
viajan a través de mis arterias al corazón.

Entonces surge algo así como una picazón que se
extiende en mi columna vertebral y que solo se
consigo alivia cuando dejo fluirlas por mis manos…

Son palabras, son frases y expresiones que como
canciones cantan y danzan sobre un papel,
que pocas veces tiene la suerte de ver la luz del día
pues la mayoría irán a parar al baúl de mis desvelos.

Pienso en Martí, en Quevedo y Neruda…
Que irán a decir de este soñador desaforado al que
solo le han dejado pertrechos para combatir…

Combatir la monotonía en que se convierte el día
cuando la vida se presenta sin poesía,
combatir a la rutina que como telaraña se extiende
en las relaciones y las empaña…

A veces me pregunto quien puso en mi este oficio,
Para el que no hay paga que no sea ese vibrar del alma,
porque cuando se escribe de alguna forma se transcribe
algo de sí mismo y se pone al filo del abismo,
sentimientos que se quieren proteger…

Sé que logran mas los hechos que las palabras,
que una canción no podrá parar las guerras,
ni un poema provocar que en una noche obscura
salga el sol…

Sé que los hechos rinden mayor beneficio y que a veces
hablar es un desperdicio si nadie realmente está dispuesto
a escuchar...

Pero algo me dice que sin palabras, sin verso y sin poesía
este mundo no encontraría la inspiración…
Esa que nos lleva a amar mas allá que en un momento de pasión,
esa que es fuente de fortaleza cuando estamos a punto de renunciar.

Si me preguntan, no sé quien me puso a escribir…
No sé quien me puso a transcribir lo que en el ruido
otros no escuchan.
Oxwell L’bu

Imagen: Internet

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